'Fotos', un culebrón fantástico de Helio Quiroga, primer gran éxito del Festival de Sitges
No parecía, hasta ayer, que la sección oficial pudiese despegarse del tono gris que hasta ahora, cuando estamos ya en el ecuador de la competición, había sido su marca de estilo. De repente, una película inclasificable, Fotos, del debutante Helio Quiroga, arrancó carcajadas, aplausos y un considerable entusiasmo en la gran sala de proyecciones del festival. Y es que el filme, un cruce realmente espectacular entre culebrón pasional, iconografia homosexual y fantasmal, surrealista provocación religiosa, ha logrado eclipsar todo lo visto en la densa sesión de ayer. Un bienintencionado drama carcelario, Killer: a journal of murder, de Tim Metcalfe, a competición; y Reacción en cadena, el nuevo filme de Andrew Davis, en la informativa, completaron la jornada.Azucena, una niña hija de una prostituta, contempla cómo su madre hace el amor con sus clientes. Ya mayor, vivirá prisionera de sus traumas, hasta el punto de no soportar que un hombre la toque; ni siquiera César, un escultor homosexual que la sigue y le hace continuamente fotos. No obstante, su vida cambiará cuando se le aparezca... la Virgen María, quien le indicará su camino: un oscuro local gay donde actúa un travestido, que muy pronto se enamorará de ella. Hijo torturado de una familia pudiente, que lo somete a sesiones de sadomasoquismo, el chico odia su masculinidad, hasta el punto de desear fervientemente perder sus atributos: Azucena le enseñará el camino.
Este resumen del argumento de Fotos constituye nada más que un pálido acercamiento a su enloquecida trama. Su estética está cercana a la de un culebrón televisivo, pero la estrategia de Helio Quiroga no es muy diferente a la puesta en práctica por Valeria Sarmiento cuando abordó el mundo de Corín Tellado en Mi boda contigo.- una explicación literal de una trama delirante, narrada con la máxima seriedad, con algunos, pocos, elementos de distanciamiento respecto a lo narrado y contando de antemano con la complicidad del público.
Su apuesta es no ya arriesgada, sino casi suicida, y es difícil que interese a un jurado tan variopinto como el de Sitges. Pero, en todo caso, conviene apuntar que la película, que resulta por momentos desternillante, tiene en cambio debilidades grandes que repercuten en su desarrollo. Pero, con todo, es la propuesta ,más fresca, rupturista y estimulante de cuantas se han visto aquí en la, selección a concurso.
También en competición concursa Killer, ópera prima del guionista Ted Metcalfe, un filme basado en la historia real de un carcelero judío y comunista, que en los años de la depresión conoce por su trabajo a un asesino múltiple, al que condenarán a muerte. La película es una muy poco original revisitación de la denuncia sobre la condición criminal y la reforma penitenciarial Pero proporciona al siempre estupendo James Woods la ocasión de presentar su candidatura al premio al mejor actor.
De Reacción en cadena, la nueva propuesta del director de El fugitivo, poco hay que decir, salvo que se trata de la enésima película sobre las peripecias de un falso acusado enfrentado a enemigos poderosos.
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