Israelíes y palestinos siguen sin fijar plazos en las negociaciones de paz
Los negociadores israelíes y palestinos se mostraron ayer optimistas en la última ronda de conversaciones de paz, patrocinadas por EE UU y bajo la vigilante mirada de la Unión Europea. Pero ambas partes se abstuvieron de hablar de plazos para eliminar los puntos de fricción que aún subsisten tras los sangrientos enfrentamientos del mes pasado.
Reunidos en el puesto fronterizo de Erez, entre Gaza e Israel, los delegados comenzaron ayer a lidiar con las cuestiones logísticas de lo que se perfila como una negociación ardua y permanente. Incluso discutieron un posible cambio de la sede de las reuniones al balneario israelí de Eilat o a su vecino egipcio de Taba.Señal de que las conversaciones inauguradas el domingo van de momento por buen camino fue la marcha del secretario de Estado norteamericano, Warren Christopher. Su visita a Jerusalén y sus entrevistas con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y con el presidente palestino, Yasir Arafat, ilustran el interés de la Casa Blanca por evitar el estallido de un nuevo conflicto en Oriente Próximo en vísperas de las elecciones presidenciales de noviembre.
Pero la visita a la zona del ministro irlandés de Exteriores, Dick Spring, en nombre de la Unión Europea también supone el inconfundible mensaje tanto a palestinos como a israelíes de que los socios comunitarios no van a dejar que Washington sea el único rector del proceso de paz.
Los palestinos reafirmaron ayer su total oposición a que se toquen los acuerdos de Oslo firmados en 1993, una intención que Netanyahu dice que comparte, pero advirtiendo de la necesidad de realizar algunos "ajustes", particularmente en lo que concierne al atrasado repliegue de las tropas israelíes que protegen a 450 colonos judíos en Hebrón.
En una demostración de que Israel quiere mejorar su nivel de comunicación con sus vecinos, el presidente Ezer Weizman anunció ayer que está dispuesto a recibir hoy a Yasir Arafat en su casa de Cesarea. Aunque el papel de Weizman en Israel es más bien decorativo, su invitación permitirá una simbólica primera visita de Estado. Arafat visitó Israel el pasado noviembre, pero sólo para dar el pésame a la viuda del asesinado primer ministro Isaac Rabin. El Gobierno israelí insiste en que la visita de Arafat es sólo "privada".
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