Malestar en Italia ante la cumbre con Francia en Nápoles

"Con espíritu de amistad, decimos a todos los países europeos que Italia se ha comprometido a cumplir el Tratado [de Maastricht]. Los exámenes, las valoraciones, llegarán para todos en el momento establecido, según las reglas comunes del Tratado. Italia no admite, no tolera prejuicios", dijo ayer el ministro italiano. del Tesoro, Carlo Azeglio Ciampi, poco antes de que Jacques Chirac llegara a Nápoles para iniciar una cumbre francoitaliana. "No estoy irritado", comentó, por su parte, el primer ministro, Romano Prodi. "Hemos de tener confianza".

Pese a todas las declaraciones oficiales que tienden a dar por cerrados los incidentes de los últimos días, es evidente que sigue vivo el malestar del Gobierno italiano frente a un presidente de Francia que ha puesto en duda la capacidad de Italia para entrar en la Unión Monetaria Europea (UME). También persiste en Italia el disgusto por las declaraciones del presidente del Gobierno español al Financial Times sobre lo tratado con Prodi en la cumbre bilateral de Valencia. "Esto es exactamente lo que Aznar, con lenguaje tosco e injurioso, pero de indudable eficacia, ha querido decir en su entrevista. España ha tomado una opción estratégica, rechazando la hipótesis de coordinarse con Italia y eligiendo estar con Francia", se leía ayer en un editorial del Corriere della Sera.

"Los intereses de Italia y Francia son similares, son complementarios", dijo ayer Prodi tras su llegada a Nápoles, tratando de exorcizar el compló franco-español para marginar a Italia al que su ministro de Hacienda, Vincenzo Visco, aludió en los últimos días. "Chirac es un político suficientemente agudo como para calibrar la importancia de que Francia e Italia colaboren sobre bases sólidas", añade el primer ministro italiano en una entrevista que Le Figaro tenía previsto publicar hoy.

Prodi afirmó anoche que, desde su primer encuentro con Chirac, hubo "un acuerdo perfecto" y que los franceses respondieron enseguida a la invitación para Nápoles. Pero las relaciones franco-italianas han sido recientemente tormentosas. Chirac anuló otra cumbre bilateral proyectada con anterioridad a ésta, porque el Gobierno de Lamberto Dini, actual ministro de Exteriores, votó en las Naciones Unidas contra las pruebas nucleares francesas en Mururora. Luego, la devaluación de la lira ha sido un motivo continuo de enojo para los exportadores franceses.

"Aquí, nadie es profesor ni estudiante", dijo también Prodi, retornando las ideas expuestas por Ciampi en Roma. "Hay que respetar las reglas", añadió. "Pero, si al final, todos deciden aplazar la entrada en vigor de la UME, es claro que también Italia optará por el aplazamiento".