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Kohl: "No entiendo cómo un hombre tan inteligente como González es socialista"

El canciller federal alemán, el democristiano Helmut Kohl, escribe en su libro de memorias sobre la reuníficación de Alemania, presentado ayer en Bonn, que siempre le gustaba tomar el pelo al ex residente del Gobierno español Felipe González y le decía: "No consigo comprender cómo un hombre tan inteligente puede ser socialista".

En un marco solemne, en la llamada Casa de la Historia, un museo dedicado al medio siglo de existencia de la República de Bonn, Kohl presentó ayer su versión sobre los acontecimientos que culminaron con la reunificación alemana en un libro titulado Yo quise la unidad de Alemania. En las casi 500 páginas, dos periodistas el sensacionalista Bild Zeitung han redactado la versión de los hechos, según el relato oral y los documentos del propio Kohl, quien durante sus vacaciones en Austria se encargó de revisar el texto.

La mano de los periodistas de Bild le da al voluminoso tomo un aire de lectura fácil y agradable, que permite husmear un poco, con ánimo de mirón, en los entresijos de aquellos días que hicieron historia. Las memorias de Kohl parecen divertidas y se diferencian de las de su ministro de Exteriores, el liberal Hans-Dietrich Genscher, quien hace un año publicó las suyas, de más de 1.000 páginas y que aburren a las mismísimas ovejas: nunca en tanta extensión se contaron tan pocas cosas.

La caída del muro

González aparece mencionado en cinco ocasiones en el libro de Kohl, quien no escatima elogios hacia el dirigente socialista español. La primera mención la hace Kohl al referirse a las llamadas recibidas el día que cayó el muro: "Entusiasmado, felicita el presidente de Gobierno español a los alemanes. Me aseguró que podía contar siempre con su ayuda, sobre todo cuando fuese necesaria para elaborar una posición conjunta europea. Yo le di las gracias y le dije que sabía apreciar mucho ese gesto de amistad, que encaja en mi imagen de España y de mi amigo Felipe".La siguiente referencia a González la hace Koffl en relación con la cumbre europea de Estrasburgo, en otoño de 1989, cuando el canciller alemán se encuentra frente a la desconfianza de casi todos los jefes de Gobierno europeos. "Sólo el presidente del Gobierno español Felipe González y el irlandés Charles Haughey estaban en ese momento sin el menor pero a favor de la unidad alemana".

Uno de los pasajes más interesantes de la obra sobre la relación Kohl-González aparece cuando el canciller relata la conversación mantenida sobre el tema de la herencia de la dictadura en la República Democrática Alemana (RDA) y de la España de Franco. Cuenta Kohl que habló sobre el servicio secreto de la RDA, la Stas¡, con González, quien explicó cómo en España no hubo telón de acero, pero las líneas de separación atravesaban incluso las familias, "hermanos disparaban contra hermanos en la guerra civil, padres contra hijos y al revés. La única posibilidad que quedaba era la de poner un radical punto final. De otra forma España no habría tenido futuro". Cuenta Kohl a continuación cómo él vivió con González en Toledo un encuentro con el antiguo alcalde franquista y cómo éste saludó de forma cordial al presidente de Gobierno español. Kohl preguntó a González por el ex ministro de Exteriores de Franco, Serrano Suñer, y González le respondió que se encontraban a veces en alguna recepción. Kohl llegó a la conclusión de que un mundo separaba en este punto a España y Alemania y "el método español no se podía aplicar sin más a Alemania" en relación a la Stasi.

La posición de los europeos cambió de forma casi radical y en la siguiente cumbre, en, la primavera de 1990 en Dublín. Destaca Kohl de nuevo el papel del anfitrión irlandés Haughey y el de González.

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