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3.000 personas se manifiestan contra el vertedero tóxico de Nerva

Unas 3.000 personas llegadas desde toda Andalucía recorrieron ayer en Nerva (Huelva), en un ambiente lúdico y festivo, un total de 4,3 kilómetros en la manifestación más numerosa de las habidas contra el depósito de residuos tóxicos y peligrosos. La movilización, que transcurrió bajo un sol implacable, constituía una llamada de atención sobre el primer año de protestas diarias en la localidad contra la polémica planta, que construye la Junta de Andalucía. Un discreto contingente de la Guardia Civil vigiló la marcha, que discurrió sin incidentes, con la presencia de muchas mujeres y niños, que fueron los que más gritaron.La plataforma antivertedero de Nerva, que organiza las manifestaciones desde el primer día, contó ayer con el apoyo de ecologistas, centrales sindicales, organizaciones no gubernamentales y dirigentes de Izquierda Unida, como el coordinador federal de la presidencia, Víctor Ríos; el coordinador regional, Antonio Romero, y el portavoz en el Parlamento autonómico, Luis Carlos Rejón.

Todos ellos caminaron tranquilamente entre los manifestantes, que procedían de Almería, Jaén, Mancha Real, Cádiz, Tarifa, Sevilla y Lebrija, entre otros lugares. Los autobuses llegaron a Nerva desde primeras horas de la mañana, cargados. Sus ocupantes sacaron pronto las pancartas y las banderas, algunas de ellas republicanas.

Casas cerradas; bares vacíos

La manifestación estuvo encabezada por un grupo de niños, de edades comprendidas entre 6 y 12 años, que portaban una enorme tela donde se leía: "Dejadnos decidir nuestro futuro". Otras pancartas decían: "Tarifa con Nerva", "No al vertedero", "Cable, no". O bien: "Ni un paso atrás, el vertedero no lo pondrán". E incluso había una con un reclamo gutural -"Grrr"- firmada por Aedenat.Los manifestantes se dirigieron en principio por una carretera estrecha hacia los terrenos conocidos como Fuentes del Ventoso, donde se levanta la planta de residuos. Allí sólo había unos camiones y tractores parados, en una zona con tierra removida. Luego, bajo el calor, recorrieron un buen número de calles de Nerva, localidad minera de unos 7.000 habitantes, que los recibió con las puertas de las casas cerradas y las calles y bares casi vacíos. Los gritos de los vecinos de Nerva asistentes a la marcha tenían como objetivo al alcalde, el socialista José Villalba, principal defensor del proyecto.Los manifestantes, al final, comieron platos de garbanzos, preparados por los organizadores, al módico precio de 200 pesetas, y bebieron cerveza en una plaza del pueblo.

Juan Romero, portavoz de la Coordinadora Ecologista de Huelva, se preguntaba: "¿Y después del éxito de esta manifestación qué va a pasar? La Junta debe reflexionar y modificar radicalmente su posición favorable al depósito".

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