_
_
_
_

Juan Pablo II se va de Francia sin pronunciarse sobre las relaciones entre Iglesia y sociedad laica

PERU EGURBIDE ENVIADOESPECIAL Cuantos esperaban que Juan Pablo II aclarara ayer su pensamiento acerca de cómo deben desarrollarse las relaciones entre la sociedad laica y la Iglesia quedaron frustrados. El Pontífice celebró el XV centenario de¡ bautismo de Clodoveo, efemérides considerada como el bautismo de Francia, con un discurso pastoral sobre "la historia espiritual del alma francesa" dirigido a los "católicos franceses". Su tono quedó muy lejos de la polémica intervención que tuvo en 1980, cuando, al visitar por primera vez este país, clamó: "Francia, hija mayor de la Iglesia, ¿eres fiel a las promesas del bautismo?".

El Papa -y probablemente el episcopado francés- ha querido mantenerse al margen de los debates suscitados por el viaje. Su tono ha sido siempre moderado, no ha mencionado siquiera problemas como el aborto, que pueden desembocar fácilmente en interferencias de la autoridad eclesiástica con los poderes civiles, y ha hablado francamente de las cuestiones sociales, en un tono que puede resultar aceptable para la izquierda que critica la visita.Al final, optó por no entrar siquiera en el tema del debate. Únicamente, tendió a atenuar la identificación entre un Estado y una religión, cuando dijo que, así como antes de Cristo "el Pueblo de Dios era Israel, el Pueblo de la Nueva Alianza son todos los bautizados, provenientes de todas las naciones y cada una de estas naciones tiene su propia historia". Pero dejó flotando un punto de duda, un interrogante ambiguo sobre lo que le hubiera gustado decir realmente, porque, terminada la lectura del texto de la homilía, preparado y consultado con los obispos locales, añadió de propio coleto: "De, todos modos, estamos aquí para celebrar el XV centenario del bautismo del rey Clodoveo".

Le oyeron unas 150.000 personas congregadas en el aeropuerto de Reims -la ciudad donde el rey franco conmemorado fue bautizado- escenario de la mayor de las tres celebraciones masivas que el Papa ha presidido en este viaje. Para evitar nuevas críticas de quienes piensan que está en peligro la separación entre el Estado y la Iglesia, garantizada por una ley de 1905, ninguna autoridad civil nacional participó en el acto. Ni siquiera estuvo en Reims Bernadette Chirac, la esposa del presidente de la República, que pensaba haber asistido a la misa.

Destacó, en cambio, la presencia de Jacques Gaillot. El obispo de los marginados, privado de su sede por el Vaticano, aceptó la invitación cursada a todo el episcopado del país, pero apoyó también de palabra la manifestación celebrada en París para protestar contra, los intentos de imponer un "orden moral" católico y pedir garantías de separación entre Iglesia y Estado. Juan Pablo II había expresado con anterioridad su opinión sobre estos temas, especialmente en su discurso ante el Parlamento Europeo de 1988, cuando afirmó que el integrismo religioso y el deseo de imponer la fe a cada sociedad fue un error básico del medioevo que hoy no tendría sentido. No obstante, el Papa hace frecuentes reflexiones que casan mal con ese principio.

"El Papa es un hombre con ideas medievales. La base de la legalidad es el laicismo. El Vaticano no hizo nunca la paz con los grandes objetivos de la Revolución Francesa. El Vaticano es enemigo de la libertad, la igualdad y la fratemidad", dijo, por otra parte, un joven alemán, presidente de una llamada Unión Internacional de Librepensadores, que habló ayer en Reims ante unas 1.500 personas. La modesta manifestación local, promovida por el Partido de los Trabajadores, fue relegada por la autoridades a un centro deportivo periférico de la ciudad. Cortes de tráfico, calles acotadas y desiertas, pusieron una nota irreal en los movimiento de un Pontífice que, pese a los problemas de salud, logró desarrollar su cometido sin recortes de un programa bastante más exigente que el de sus últimos viajes. Los cardenales franceses hablaron ayer con gran franqueza sobre el estado de salud del Pontífice. "Llegará un día en el que yacerá, pero será el Señor el que lo indique. Se puede ejercitar la propia libertad renuncíando al cargo, pero también realizando la propia tarea hasta el final. Es lo que ha decidido hacer Juan Pablo II y eso es un gran ejemplo para todos", dijo Pierre Eyt, arzobispo de Burdeos.

El cardenal Jean-Marie Lustiger, arzobispo de París, añadió que en privado "el Papa habla de la muerte con naturalidad y con la sonrisa e

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

n los labios". Eyt afirmó que el Papa duerme bien y come con apetito.

Sólo un 25% de creyentes

Francia es "la hija mayor de la Iglesia" por ser la adelantada entre los pueblos bárbaros en la conversión de su monarca ' pero apenas el 75% de la población, unos 45 millones de personas, está hoy bautizada. Y el número va a bajar. La últimas estadísticas hablan de un 58% de bautizos infantiles, frente al 62% de promedio en la pasada década. Y de esos 45 millones, sólo uno de cada cuatro se reconoce como creyente. Otros tantos se dicen católicos por tradición. En 1993, el 5 1 % de la bodas se reaflzaron por la iglesia. En 1980, el 65%.La crisis de fe se refleja en el número de sacerdotes, que no deja de descender en Francia: los 40.000 de hace 10 años son ahora 28.000. En 1995, sólo hubo 96 ordenaciones. Hay también 55.000 monjas y 13.400 religiosos.

La mayoría de los franceses tiene una buena o muy buena opinión sobre Juan Pablo II, según una encuesta del semanario Le Point. Pero sólo el 26% le considera un Papa moderno.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_