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Prioridad a las medidas populares

El Gobierno conservador británico se mantiene expectante ante la marcha de los acontecimientos en el camino hacia la Unión Monetaria Europea. Londres se reservó a la hora de firmar el Tratado de Maastricht la opción de mantenerse fuera del marco del euro, que empezará a funcionar a partir de enero de 1999. Esto significa que, en las presentes circunstancias y a menos de ocho meses de las elecciones generales, es poco probable que el Gobierno británico adopte medidas impopulares con la vista puesta en cumplir los criterios de convergencia fijados por Maastricht, obsesionado como está por ganar un quinto mandato al frente del Reino Unido.Todos los analistas coinciden en indicar que el próximo Presupuesto para 1997 que presentará el Canciller del Exchequer, Kenneth Clarke, en noviembre contendrá un pequeño caramelo electoral, es decir, una reducción de impuestos. Esta medida es cualquier cosa menos favorable para lograr el objetivo gubernamental de reducir el déficit presupuestario que en estos momentos se sitúa en torno al 5,2% del PIB, al 3% requerido para formar parte del pelotón de cabeza que optará por la moneda única en enero de 1999. En el mejor de los casos y para el curso 1997-98, el Reino Unido espera haberse aproximado un poco al porcentaje fijado en Maastricht, bajando el déficit al 4%.

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La cuenta atrás

El Reino Unido cumple, en cambio, dos de los restantes criterios esenciales para la convergencia. Uno es la inflación, que se mantiene cómodamente en torno al 2,4%. El otro es la deuda pública. Los británicos se encuentran en estos momentos en el privilegiado grupo que mantiene el volumen de deuda por debajo del 60% del PIB.

La vecina Irlanda es un caso totalmente diferente. La república cumple todos los requisitos fijados por Maastricht para ingresar en el club. El único capítulo que requiere atención especial -y Dublín se la está dedicando- es el de la deuda pública. Según los analistas de Goldman Sachs, Irlanda seguirá arrastrando una deuda cercana al 80% del PIB para 1997, pero es la tendencia en la reducción de este desequilibrio la que se tendrá en cuenta.

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