De Carlos III

La Puerta del Sol de Madrid, uno de los lugares más represen tativos de la capital de España desde el punto de vista histórico, es, sin lugar a dudas, el marco más adecuado para contener en su seno la estatua ecuestre del monarca Carlos III de Borbón, el mejor alcalde que tuvo jamás la villa y corte. Y no sólo como regidor, sino como estadista se le puede considerar una gran figura, ya que supo rodearse de excelentes ministros y consejeros, como Aranda, Floridablanca y Campomanes. A su vez, Sabattini, con sus creaciones de la Puerta de Alcalá y el Ministerio de Hacienda, y Ventura Rodríguez, realizador de la iglesia de San Marcos y proyectista de las fuentes de Apolo, Cibeles,y Neptuno, completaron el cuadro como artífices de lo estético en nuestra urbe. No podía faltar el motín de Esquilache para demostrar que en todas las épocas la excepción confirma la regla, momento en que los súbditos madrileños de su majestad se rebelaron contra la prohibición, decretada por este ministro, de llevar las capas largas y los sombreros de ala ancha. Sin embargo, todas estas consideraciones y algunas más parece que se nublan ante la mente de muchas personas cuando se acercan a la estatua. Las 18 líneas que figuran en el pedestal que sustenta la escultura, constituidas por espesos párrafos que fatigan al leerlos por su longitud, obligan a estas personas a efectuar normalmente un mínimo de 18 vueltas alrededor de la estatua si es que verdaderamente desean interesarse por su contenido. Vueltas que, por razones desconocidas para mí, producen en ocasiones la hilaridad entre los transeúntes que las contemplan.

Sospechando que se trata de un problema de simplificación de textos, me permito dirigirme al señor alcalde de Madrid con el mayor respeto para hacerle la siguiente pregunta: ¿no podría cambiarse tan extenso letrero de este monumento por unos rótulos más simples y concisos de manera que sólo cuatro breves paradas ante el mismo fuesen suficientes para conocer lo fundamental de tan insigne personaje?-

Armando López Carrasco.