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Londres estudia entregar el 'oro nazi' Que le queda a organizaciones judías

El Gobiemo británico dio ayer una nueva vuelta de tuerca a la peripecia del oro nazi al anunciar por primera vez la posibilIdad de entregar a organizaciones judías los cerca de 6.000 millones de pesetas en oro, procedente. de la Alemania nazi, depositados en las arcas del Banco de In glaterra. La noticia difundida por un diario londinense, coincidía con la visita del ministro de Exteriores británico, Malcolm Rifkind, a Suiza. Rifkind recalcó ante las autoridades suizas la "importancia internacional" de que las organizaciones judías reciban el oro depositado por los nazis en los bancos de la confederación.

Los 4.000 kilogramos de oro depositados en el Banco de Inglaterra proceden de la Alemania nazi y, en principio, estaban destinados a engrosar las arcas de varios países cuyas reservas de oro fueron expoliadas en la II Guerra Mundial por los invasores alemanes. La mayoría de estos países -entre los que se encuentran Bélgica, Austria, la ex Yugoslavia y la antigua Checoslovaquia, Luxemburgo, Polonia, Grecia, Italia, Holanda y Albania- han venido recibiendo desde 1947 diferentes cantidades de oro. Una comisión tripartita del oro, creada en el año 1946 por el Reino Unido, Francia y Estados Unidos, ya distribuyó hasta 300.000 kilogramos del metal precioso en sucesivas entregas.El gesto anunciado ahora por el Reino Unido, a instancias del diputado laborista Greville Jauner, si es que llega a cuajar, pretende servir de ejemplo a las autoridades suizas para que entreguen los miles de kilogramos del metal precioso que todavía atesoran los bancos del país.

La historia del oro nazi, que ha hecho correr ríos de tinta en la prensa británica a lo largo de los últimos 10 días, no parece ni remotamente resuelta.Presión a BernaLo único claro es la intención que tienen Washington y Londres de presionar a la Confederación Helvética para que consiga por uno u otro camino que el famoso oro depositado por los nazis durante la II Guerra Mundial en los bancos del vecino país neutral, y valorado hoy en unos 4.000 millones de libras (unos 800.000 millones de pesetas), les sea devuelto a los judíos.

El Gobierno suizo anunció la pasada semana la creación de una comisión especial para lidiar con el espinoso asunto. Ayer, Flavio Cotti, ministro de Asuntos Exteriores suizo, advirtió, sin embargo, que su Gobierno no tiene intención de tocar ni una coma del tratado que firmó en 1946 con tres países aliados (Reino Unido, Francia y Estados Unidos), hasta que la comisión no le entregue un informe inequívoco, lo cual, aseguró, puede suponer dos o tres años de espera.

Hay que tener en cuenta que será necesario aprobar una legislación transitoria que levante el secreto que pesa actualmente sobre las cuentas de los bancos suizos.

En virtud del tratado, los aliados se conformaron con recuperar una pequeña parte del oro nazi guardado en los bancos suizos y la cuestión quedó saldada. Los aliados recibieron alrededor de un 12% del total que, según fuentes del Foreign Office británico, ascendía a una suma equivalente a 4.000 millones de libras de hoy. La cifra, muy discutida por los expertos suizos, no tiene nada que ver con la suma que en cuentas privadas puede estar atesorada en los bancos del país centroeuropeo.

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Existen miles de reclamaciones individuales planteadas por judíos cuyos familiares abrieron cuentas bancarias en Suiza en un intento desesperado de burlar a la Gestapo. El misterio en este caso es más pesado, y desentrañarlo parece mucho más complejo. Ayer mismo trascendió que un judío austriaco residente en Los Angeles ha presentado esta semana un reclamación ante ocho bancos helvéticos en la que exige 10 millones de francos suizos (1.020 millones de pesetas) por el secuestro de su fortuna.

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