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"El odio debe ser un sentimiento muy selectivo"

La banda californiana Metallica, una de las grandes del heavy metal de los años ochenta, vienen de gira por España con su nuevo álbum, Load. El próximo domingo actúan en Madrid, en un cartel que completan Corrosion of Conformity y Soundgarden. Mañana estarán en San Sebastián, el domingo 22 en Madrid y el lunes 23 en Barcelona. Estrenan en Europa su espectáculo completo después de un verano que han pasado calentando por varias ciudades de su país.Lars Ulrich, batería del grupo y una de las dos cabezas de Metallica, junto a James Hetfield, es de origen danés y cree comprender o hacerse mejor con el público europeo que sus compañeros. "Quizá yo tenga, por mis antecedentes, una mejor comprensión de los distintos públicos europeos", dice.

Es un espectáculo largo e intenso el qué prometen, y también una descarga energética que no se improvisa. "Yo no me preparo especialmente para ello. Lo que sí hago es salir a correr todos los días", comenta Ulrich. "Es muy bueno para tu cuerpo y tu mente. Es la única hora en que puedes apagar el cerebro por un rato".

El thrash metal de Metallica parece, de todas formas, una invitación a descargar la agresividad. "Cada persona saca cosas distintas de nuestros conciertos no se limita a una descarga de agresividad. Yo prefiero pensa que es una experiencia personal que te deja algo dentro, y no sólo una descarga de agresividad aunque también lo es, desde luego".

Wasting my hate, uno de los temas de su último álbum, habla de desperdiciar el odio en personas o situaciones inútiles. "El odio debe ser algo muy selectivo", afirma UIrich. "Odio es una palabra muy fuerte como para utilizarla en cualquier momento, y la gente tiende a usarla de manera continua y superficial. Si realmente odias algo, es tan fuer te que no puedes confundirlo. Puede que estés desperdiciando en falsos odios una energía que podías emplear en otras cosas".

Este retorno de Metallica marca una nueva etapa en el grupo, quizá menos atado a los grilletes del heavy metal. "Estoy tratando de hacer mi sonido menos orientado al estudio y más cálido, más espontáneo. Después del último disco, a pesar de que estaba muy bien producido, queríamos hacer un álbum más cálido, con mayor amplitud de registros. Queríamos huir de esa fórmula en la que hay mucho por fuera, mucho en la base y nada en el centro. Nos centramos en esa franja central que es la esencia del álbum".

Las proverbiales broncas entre los miembros de la banda también parecen haber amainado. El sistema de composición por oposición dialéctica parece haber llegado a su fin, o a una tregua. "Las cosas han cambiado en este último trabajo. Load ha sido el más armónico que hemos hecho porque compartíamso la misma visión de lo que queríamos hacer".

Ahora los líderes de Metallica parecen sentirse más libres de salirse de encorsetamientos musicales. Han llegado a la conclusión que cualquier cosa que hagan Hetfield y Ulrich seguirá siendo Metallica. "Estamos menos temerosos de hacer lo que nos apetezca. Nos sentimos muy contentos de arriesgar y dejamos llevar a donde nuestra música quiera. Estamos dejando salir a la superficie las cosas más profundas que tenemos, en lugar de fingir siempre que sólo actuamos como los miembros de una gran banda de heavy metal. Antes era vivir y morir el heavy metal, ahora tratamos de ser más sinceros con nosotros mismos. Jamás habíamos estado tan a gusto con nosotros como banda y como personas".

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