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Bossi emprende la "marcha final para la independencia de la Padanía"

El líder de la Liga Norte, Umberto Bossi, tomó ayer unas gotas de agua del Po, las recogió en una ampolla preciosa, como si del Santo Grial se tratara, y emprendió, río abajo, como un Sigfrido incapaz de distinguir entre sí mismo y la historia, "la marcha final hacia la independencia de la Padania". Los súbditos de su país imaginario aplaudieron poco el primer acto de tan teatral gesta, que concluirá el próximo domingo en Venecia, amenazada por una crecida de aguas y abarrotada de turistas.

Es verdad que Bossi jugaba ayer en casa, pero menos, en la medida en que el Piamonte es la región, de las cuatro donde la Liga Norte supera el 19% de los votos, en la que el movimiento nordista tiene menos apoyos. La fuente del río que da nombre a la nación padana, en Plan del Re, donde se celebró el rito, es, además, un lugar bastante remoto de montaña, y Turín, donde concluyó la jornada, está gobernada por la izquierda. Pero no es menos cierto que había ya movilizados autobuses para seguir el periplo del líder, y que la fiesta nocturna de Turín incluyó fuegos artificiales que atraen a todo el mundo, al margen de la política. Todo ello no bastó para que la asistencia fuera mínima, por no decir nula. Acompañaba a Bossi el presidente del llamado Gobierno padano, Giancarlo Pagliarini, en pantalón corto y camiseta."El agua pura y cristalina del Po salvará la Padania. Ha llegado el momento de la liberación. La independencia está cerca", dijo el líder en Plan de Re, ante poco más de 500 personas. Tiene tiempo para calentar a las masas con éstas y otras proclamas hasta la tarde del domingo, cuando proclamará solemnemente la independencia del norte de Italia, leerá la "declaración de derechos" de los padanos y promulgará la "Constitución provisional", que ha sido copiada en parte de la Constitución de EE UU.

La cifra de adhesiones a la manifestación que den los organizadores, sobre la base de los votos que reciba el llamado Gobierno de la Padania, no podrá ser contestada con otras cifras. Esta marcha del Po, que se presenta como una aproximación al referéndum de autodeterminación prohibido por las leyes de Italia, ha sido programado como una serie de concentraciones dispersas a lo largo de más de 600 kilómetros sobre cuya entidad numérica nadie podrá echar cuentas claras.

Todo procede, así, con esa mezcla de farsa y drama tan típicamente italiana, a pocos kilómetros de la ex Yugoslavia. Las autoridades están incómodas por las proclamas separatistas, pero hacen ver que la situación no les preocupa. Bossi asegura que el Gobierno de Romano Prodi pagará caro el éxito de su marcha. La gente comenta que, en Italia, la sangre nunca llega al río, y mira con incredulidad el independentismo de la Liga.

Esto explica que la federación de jóvenes empresarios del Véneto siguiera apoyando ayer a Bossi, aun sin compartir el separatismo de la Liga, que es definitivo e irreversible. "La Liga existirá mientras no se llegue a la independencia de la Padania", ha dicho Bossi, que define su nación por criterios económicos, "no linguísticos ni étnicos", han precisado dirigentes de la Liga.

La Padania de Bossi es la parte más rica de Italia, la que está en condiciones de competir en Europa. Incluye toda la mitad norte del país, con mención expresa de las Marcas, Umbría y Toscana. "Los habitantes de ésas y las demás regiones podrán expresar su opinión cuando se celebre el verdadero referéndum por la independencia", ha dicho Roberto Maroni, número dos de Bossi.

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Pero antes de que eso ocurra, el domingo en Venecia, la Liga declarará independientes incluso a los habitantes de estas regiones, que apenas le votan. En Venecia, donde ayer se colocaron pasarelas en San Marcos porque el agua de la laguna estaba invadiendo la plaza, no se detecta más curiosidad que en Turín por lo que se avecina.

¡Qué soledad en el río!

La humedad subía fuerte anoche en el tramo de río que Umberto Bossi recorrió en Turín, y las pocas antorchas encendidas en su honor sobre las orillas no lograban calentarlas. "He ido a la fuente del Po a coger fuerza para realizar este acto inevitable que es la secesión" bramó el líder desde un barco."Viva la libertad" añadió. "Y ahora, que empiecen los fuegos artificiales, calientes como el corazón de la nación padana". Sonó el Va pensiero del Nabucco de Giuseppe Verdi, el himno de los pueblos sin patria, la Sinfonía del Nuevo Mundo, Carmina Burana, la marcha triunfal de Aida. Bossi fingía extasiarse. No se dio cuenta de que los fuegos habían terminado, tal vez pensaba en su muerte política. Fueron carísimos para la poca gente congregada, menos de 10.000 personas. Bastantes de ellas pitaban.

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