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Diputados del PP expresan su inquietud por las acusaciones contra Serra

Javier Casqueiro

La posición oficial del Gobierno, del PP y del Grupo Popular en el Congreso es "uniforme" ante los ataques que está recibiendo el ministro de Defensa, el independiente Eduardo Serra. Todos se remiten a las palabras de los representantes del Ejecutivo en cuanto a reafirmar la presunción de inocencia. Pero muchos diputados de base del PP no ocultan su "preocupación e inquietud" ante las acusaciones de que el ministro pagó comisiones ilegales.

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Muchos diputados del PP confiesan sus dudas sobre la validez del comportamiento de Eduardo Serra, pero lo hacen desde el anonimato. Sólo dos se han pronunciado con sus nombres y apellidos. El martes fue Luis Ramallo. Ayer le secundó Rogelio Baón, también perteneciente en su día a la comisión que investigó el caso Roldán en el Congreso. La dirección del PP en la Cámara baja precisa que las expresiones de estos parlamentarios no conforman un grupo de opinión "amplio ni homogéneo". Las catalogan de "aisladas." y propias de "estrategias personales". Admiten, eso sí, que "los diputados están estos días hipersensibilizados ante la que está cayendo".Rogelio Baón no sólo respaldó ayer la posición manifestada el día anterior por Ramallo a favor del cese "fulminante" del ministro si se confirmasen las acusaciones, sino que le cuestionó también por ser independiente y no pertenecer al partido. Se permitió incluso en mendar la plana al vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos. En su opinión, quizá las declaraciones de Ramallo fueron "inoportunas", pero no temerarias" como las había clasificado Cascos el día anterior.

Baón añadió, en declaraciones a Servidemia, que en el PP había personas "tan válidas" como Serra para la cartera de Defensa, y además sin el inconveniente "de un independiente". Los independientes, a su modo de ver, "deslegitiman y desnaturalizan la participación de los partidos".

Desde la dirección del Grupo Popular en el Congreso se intentó restar trascendencia a los desmarques públicos de Ramallo y Baón. Se lamentó su "inoportunidad", aunque tampoco se les quiso convertir en víctimas. Se entiende que cada uno ha obrado así por razones diferentes y que "no son la punta de ningún iceberg". De Ramallo, la dirección del grupo sí reconoce que lleva tiempo en una situación "incómoda". Baón también alertó a los suyos antes de hablar ayer públicamente, de que aunque las acusaciones contra Serra pudiesen no resultar ciertas, estaban adquiriendo "demasiada consistencia". Se le replicó que en este caso sólo Aznar tiene toda la información para descifrar los entresijos de este acoso al ministro.

Muchos diputados de base del PP se han acercado esta semana a la dirección para reclamar explicaciones ante la entidad de estos ataques y los medios de comunicación de donde proceden.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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