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Garzon imputa al comandante Jambrina por colaboración con banda armada

El juez Baltasar Garzón interrumpió ayer la declaración que, como testigo, prestaba el comandante del Cesid Emilio Jambrina en el caso Oñederra, reativo a cuatro asesinatos de los GAL, y lo declaró imputado en un delito de colaboración con banda armada. Su testimonio fue aplazado, a instancias del fiscal jefe de la Audiencia Nacional, José Aranda, porque las preguntas que había que formularle eran sobre su implicación en la entrega de armas al general Enrique Rodríguez Galindo y se consideró que eran para un imputado, no para un testigo. Así, Jambrina deberá comparecer en próximas fechas acompañado de su abogado.

Emilio Jambrina, hombre de confianza del director general del Cesid en la etapa socialista, el general Emilio Alonso Manglano, realizó una corta declaración en la que explicó que fue subordinado del coronel Juan Alberto Perote y detalló algunos de los destinos que tuvo en el organismo.Sin embargo, Jambrina no llegó a contestar preguntas relativas a si facilitó armas al general Rodríguez Galindo con las que supuestamente después se cometieron atentados de los GAL, una de las acusaciones que presuntamente pesan contra él. El comandante Jambrina habría supervisado y clasificado documentos secretos del Cesid sobre la guerra sucia contra ETA.

Perote, ex jefe de la agrupación operativa del Cesid, también declaró, aunque por décima vez y en calidad de imputado, ante Garzón por el caso Oñederra. Según explicó su abogado, Jesús Santaella, ratificó extremos ya declarados en anteriores comparecencias. Perote declaró anteriormente que 24 horas antes del atentado en el que murió el presunto etarra Ramón Oñederra, Kattu, él había informado verbalmente, a su superior, el general Manglano, de la inminencia de una acción de los GAL.

Tanto Santaella como el fiscal, Aranda, coincidieron en que Perote y Jambrina habían tenido una pequeña discrepancia respecto a un destino, pero que su importancia era escasa y no justificaba celebrar un careo. Además, habida cuenta del aplazamiento de la declaración como imputado de Jambrina, se produciría, en su caso, si hubiera contradicciones tras las previsibles negativas del comandante.

Por otro lado, el teniente general José Antonio Sáenz de Santamaría solicitó ayer a Garzón que archive su causa al no haber ninguna acusación contra él, especialmente tras la negativa del Gobierno a desclasificar los papeles del Cesid.

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