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Tribuna:LA POLÉMICA DE LA PLAZA DE ORIENTE
Tribuna
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Un proyecto que respeta la historia de Madrid

Como alcalde de Madrid en funciones me siento obligado a aclarar una serie de equívocos y errores que, principalmente, se han publicado en EL PAÍS durante mi corto mandato estival.Deseo centrarme en una columna del lunes 19 de agosto que se titula Se debe conservar (o no) el pasado, y en un artículo del portavoz del Grupo Socialista en el Ayuntamiento de Madrid, Juan Barranco, el 24 de agosto.

En el escrito del día 19 se habla, en referencia a los restos de la Casa del Tesoro, de la "destrucción de los últimos vestigios materiales del pintor Velázquez" y se ensalza la ampliación de El Louvre, "comenzado en 1180 por Felipe Augusto". También se aplaude la exposición permanente de lo allí encontrado, en el ámbito inmediato a la restauración de lo que queda de La Torre, que "explica de forma sencilla el origen de París". En otro apartado, se estima el costo de la obra parisina en 140.000 millones de pesetas. El comentario trata de establecer un modelo para la reordenación de la plaza de Oriente en los distintos capítulos, ahora arqueológicos, que su proceso está viviendo.

Que la cimentación y el cerramiento de las cocinas en semisótano de la Casa del Tesoro (cuya planta segunda, antes de su derribo por José Bonaparte, estaba dedicada a dependencias y talleres) se puedan suponer vestigio material del pintor Velázquez resulta, al menos, sorprendente.

La comparación del París premedieval con nuestro Madrid querido, y entonces humilde Villa, enternece.

Para la reordenación de El Louvre, un equipo de arqueólogos, historiadores y arquitectos, dirigidos en la concepción por Pei, estudió el subsuelo del proyecto en dos acciones diferenciadas.

Documentado, inventariado, analizado y maquetado el importante barrio de los siglos XVI y XVII que afloró en la primera actuación, en el que destacaban importantes mansiones pétreas, se arrasó, salvo un trozo de muralla compuesta por sillares, para su sustitución por lo que es hoy el centro palpitante del Gran Louvre. La recuperación del Donjon y de su ámbito bajo el Patio de Reyes, de la segunda actuación, ha servido como escaparate, y hoy queda para la historia. Es decir, en El Louvre, que se usa como ejemplo para nuestra descalificación, así como en Vêndome o en los Campos Elíseos, se han asolado piezas históricas y arquitecturas que aquí hubiéramos mimado y conservado con amor, dada nuestra comparativa escasez. Operaciones semejantes se han hecho en Barcelona, ante la catedral y frente al Liceo.

París-centro ha adjudicado el rango máximo al ciudadano de a pie al que se entrega el usufructo de la superficie mientras se sumerge al automóvil tanto rodado como estacionado. Madrid-centro, pobre en población residencial y dubitativo en sus orientaciones, ha visto disminuida su población residencial en sus últimos 50 años.

Entre los principales proyectos de ciudad del equipo de gobierno de este Ayuntamiento, está el de la recuperación del Madrid de los Austrias, de los Borbones y sus antiguos arrabales, así como la operación de la plaza de Oriente que pretende también recuperar su ámbito para el peatón, uniendo el Palacio Real con la plaza de Oriente y el teatro de la Ópera, haciendo desaparecer a herida que actualmente presenta la calle de Bailén con un denso tráfico frente a la fachada de palacio, acompañado del desarrollo de las plazas de aparcamiento subterráneas, necesarias para que los visitantes puedan acceder tanto en vehículos particulares como en autobús, con comodidad, y todo ello con el máximo respeto a la historia de nuestra querida ciudad.

Un equipo de arqueólogos ha dedicado más de un año a levantar los planos, dibujar y relacionar entre sí los restos parecidos.

Como consecuencia de esta labor han surgido una cimentación bajomedieval del siglo XI, restos que han sido tratados de acuerdo con la opinión e nuestros arqueólogos y del experto medievalista profesor Mora Figueroa, y restos de la Casa del Tesoro (algunos sillares de granito formando unas puertas y parte de ventanas) que siguiendo, asimismo, la opinión de nuestros expertos se han trasladado para su conservación, por tanto ningún vestigio ha sido arrasado, sino por el contrario respetado y conservado para que los madrileños en un futuro próximo puedan visitarlos.

Nunca hemos puesto en duda su valor histórico y documental sobre la historia de nuestra ciudad, y por eso el trabajo de nuestros arqueólogos y su ordenado rescate. Así, Madrid sabrá lo que fue, y esto es lo importante, al sumergir Bailén se reunirá el palacio con su ciudad de la que fue violentamente separado, al destruirse, precisamente, la Casa del Tesoro y la iglesia de Santa María, en el siglo XIX, entre otras cosas para rasgar Bailén, por un río de coches rodantes, de hierro, sonoro y polucionante.

Juan Barranco recuerda en su escrito a don Enrique Tierno como despectivo respecto al proyecto de la plaza de Oriente cuando tengo a la vista dos cartas de su puño y letra, del 20 de febrero de 1984 y del 27 de julio de 1984, en las que muestra su clara complacencia y apoyo al mismo.

Por otra parte, quisiera aclarar que el autor de este proyecto es, desde un principio, Miguel de Oriol. Su primera propuesta de 1984 fue muy semejante a la que está en curso. El Ayuntamiento convocó un concurso de constructoras, cada una de las cuales debía contar con un arquitecto, en base al proyecto mencionado. Fue seleccionada la solución presentada por la UTE compuesta por Dragados y Entrecanales, cuyo arquitecto colaborador era Miguel Botella, y éste pasó a formar parte, como asociado, del estudio proyectista dirigido por Miguel de Oriol. El equipo municipal es el formado por Arturo Ordozgoiti, arquitecto, y Ricardo Castro, ingeniero de Caminos, con sus correspondientes colaboradores.

Nuestro interés, como responsables del gobierno en nuestro Ayuntamiento, es conseguir la plaza de Oriente que la capital de España merece. Nuestra conciencia está tranquila tras un denonado esfuerzo conceptual, de investigación arqueológica y económica. También creemos haber canalizado de modo positivo el necesario coloquio político. Esperen ustedes a verla terminada y se darán cuenta de que Madrid se va encontrando a sí misma.

José Ignacio Echeverría Echániz es primer teniente de alcalde y alcalde en funciones en agosto.

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