Dos peligros para España en el horizonte

La cooperación antiterrorista, por importante que sea, abarcará sólo una parte de las conversaciones de José María Aznar con su anfitrión mexicano, Ernesto Zedillo. El anterior Gobierno socialista manifestó un apoyo decidido a México cuando este país resultó golpeado por la crisis económica, y ahora, una vez estabilizado, los populares desean respaldar la transición política en curso. El Plan Nacional de Desarrollo, verdadero programa político del sexenio presidencial mexicano, prevé además fortalecer las relaciones con España.La recesión ha hecho sin embargo, perder algo de peso a España en México. En 1995, las exportaciones españolas cayeron más de un 60% con relación al año anterior -el triple de la media de la UE-, mientras las compras se mantuvieron al mismo nivel y la deuda alcanzó los 285.000 millones de pesetas. Así y todo, señala un informe preparado para Aznar, "seguimos manteniendo una posición de primer nivel en el contexto de las relaciones económicas exteriores de este país", aunque a medio plazo se vislumbran dos peligros.

La nueva relación de México "con EE UU que subyace en el Tratado de Libre Comercio", prosigue el documento, "es un factor de riesgo que podría desestimular la voluntad de diversificación con la que México pretende reequilibrar el abrumador peso de su vecino del norte". En definitiva, México podría renunciar a ahondar lazos con Europa, y concretamente con España, para seguir sólo la senda marcada por el TLC.

El segundo temor recogido en el informe es "el rápido envejecimiento y mexicanización de la colectividad española asentada en México (...), que pueden privarnos a medio plazo de un importante instrumento de presencia en ese país". De ahí la necesidad de ocupar el vacío incrementando la presencia española en los "ámbitos cultural y educativo".