El fiscal carece de pruebas concretas contra el joven de 14 años detenido en Elgoibar

El fiscal de menores de San Sebastián, Iñigo Gorostiza, tomó ayer declaración durante dos horas a Iraultza A., el joven de 14 años acusado de participar en los disturbios callejeros del pasado domingo en Elgóibar (Guipúzcoa). Gorostiza investiga si el menor tenía o no un cóctel mólotov en la mano cuando fue detenido por un grupo de ertzainas de paisano, ya que la supuesta botella incendiaria no ha sido aportada a la causa por la policía autónoma. El fiscal ha advertido que estudia acciones legales contra las personas y los medios de comunicación que han divulgado el nombre del menor, incluyendo a los familiares de éste.

El joven, que negó ante Gorostiza haber participado en los disturbios, declaró también ante un equipo técnico formado por un psicólogo, un educador y un asistente social, que serán los encargados de elaborar un informe sobre sus circunstancias personales y familiares. Iraultza A., hijo de un etarra preso desde hace 15 años por su actividad en el comando Eibar, acudió al Juzgado de Menores donostiarra con su madre, Maribel Ariznabarreta, y la abogada Ainhoa Baglietto.Según la letrada, su defendido se trasladó desde Soraluze a Elgóibar para las fiestas y, cuando iba al encuentro de unos amigos, cuatro agentes de la Ertzaintza, de paisano, se "abalanzaron sobre él, le tiraron al suelo, le rompieron el brazo y le golpearon en la cabeza y en la espalda". Baglietto asegura que la Ertzaintza no ha presentado la botella de cristal que, según el atestado policial, Iraultza empuñaba cuando fue detenido.

Gorostiza precisó que al menor se le imputa "su participación en una alteración del orden público", pero que falta por concretar en qué consiste, así como "el objeto que tuviera en sus manos, si es que lo tuvo", ya que admitió que no se ha aportado a la causa.

El fiscal de menores negó asimismo que Iraultza hubiese participado en el lanzamiento del cóctel mólotov que causó graves quemaduras a una persona y heridas leves a otras cinco. Puntualizó también que, tras su detención, el joven no ha estado a disposición judicial o del Ministerio Fiscal, ya que la Ertzaintza lo dejó en libertad ese mismo día. Gorostiza esperará el informe técnico sobre Iraultza para decidir si archiva el caso o pide que comparezca ante el Juez.

Responsabilidades legales

Respecto a las posibilidad de que personas y medios de comunicación hubieran incurrido en responsabilidades legales por divulgar su identidad, el fiscal donostiarra dijo que está estudiando actuar legalmente incluso contra los familiares del joven detenido, ya que éstos la revelaron en varias entrevistas.Según Gorostiza, la ley preve e ejercicio de estas acciones "incluso cuando conste el consentimiento del menor y de sus familiares", por lo que analizará en que circunstancias se ha producido la divulgación y si, en este caso, debe primar el derecho al honor y la intimidad del menor o el de un adulto a expresar su opinión. El menor y su madre han convocado una rueda de prensa para hoy.

Preguntado sobre una posible reforma legal para atajar la violencia juvenil, Gorostiza advirtió que hay que tener "mucho cuidado en la forma en que se van a desarrollar esos instrumentos" examinando a fondo las medidas que se quieren implantar y "si el sistema en vigor ha sido desarrollado en su integridad". Gorostiza apuntó que, de los 619 detenidos por violencia callejera en el País Vasco durante 1995, tan sólo siete tenían menos de 16 años, lo que exige una "profunda reflexión al hablar de violencia infantil o juvenil".

Por otra parte, Jesús María Castañares Iriondo, el vecino de Elgóibar que sufrió quemaduras graves el domingo a causa de un cóctel mólotov, fue operado ayer para someterle a varios injertos. Castañares increpó a unos encapuchados que quemaban una barricada y éstos le lanzaron el artefacto incendiario como respuesta.