Lección magistral de Enrique Morente
Tenían el público a favor, unas 2.000 personas en la plaza Vieja, porque Tomatito, en su tierra, es el ídolo de los ídolos. Y con él, Morente, a quien aquí se entiende y se le quiere.Hubiera sido lo mismo en un ambiente menos favorable, porque el concierto que dieron fue inapelable. Dos de las personalidades que están marcando decisivamente el panorama actual del flamenco, en un diálogo emocionante en el que ambos se motivaban mutuamente.
Voz y guitarra, guitarra y voz. Tomatito ha entendido perfectamente lo que el cante de Morente exige a su acompañamiento, porque es un cante complejo, rico en melismas, con difíciles cambios de tonalidades. A este arte de excepción Tomatito respondió con una música también excepcional, brillante y cálida, pródiga en acentos, una música que transmitía magia y duende. Secundado en el toque por Paquete y Montoyita, y con los coros de lujo de Negri y Carbonell, fue evidente que todos ellos estaban pasándolo en grande con lo que hacían, y si los profesionales se gustan es signo inequívoco de que están haciendo lo mejor que saben hacer.
Morente y Tomatito
Con Paquete Porrina, Pepe Montoyita (guitarristas), Antonio Carbonell y Negri (coros y palmas). Plaza Vieja, 26 de agosto.
Y Morente. Centrado, equilibrado, con esa voz curada de intemperies que él sabe poner a punto cuando quiere cantar bien, y en Almería quería. Hizo de todo, lo más difícil y lo aparentemente fácil, lo rítmico y lo jondo, lo ortodoxo y lo que él lleva a ese nuevo terreno que le es tan propio y en el que se permite explorar formas jugosas de musicalidad que nos llegan preñadas de encanto.
Por decirlo con toda sencillez, la lección de un maestro. Morente se halla en una etapa de plenitud creadora, en la que todo lo que hace tiene un valor añadido no siempre fácil de cuantificar. Miguel el Morralla, un aficionado pescador de aquí de Almería, lo decía a su modo al final del concierto: "Ha estao bien el jodío, pero para mí sigue siendo un hereje"
Genio personal
Hereje o no, Morente hizo un cante grande, hermoso, de una belleza absolutamente incontestable. Hereje o no, su cante por siguiriyas tiene tal aliento de tragedia, de pena insuperable, que uno duda se pueda ir más allá en el dolor del cante. Hereje o no, Morente fue extraordinariamente generoso a la hora de prodigar un genio personal que está haciendo más rico y trascendente el cante de nuestro tiempo. Y esto no se improvisa. Esto sólo puede hacerse a partir de una base de conocimiento y madurez artística que es indudable patrimonio personal suyo.Almería se dejó cautivar por Tomatito y por Morente. Esta noche de su festival quedará en los anales de la ciudad.
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