El presidente de Israel decide recibir a Arafat ante la insistente negativa de su primer ministro
El presidente israelí Ezer Weizman salió ayer al rescate del desairado presidente palestino Yasir Arafat y anunció que le concederá audiencia en los próximos días a fin de escuchar las quejas y preocupaciones del liderazgo palestino ampliamente desairado por el Gobierno de Benjamín Netanyahu. Al hacer el anuncio, Weizman subrayó que la reunión fue solicitada por Arafat y que su decisión no refleja una disputa con su primer ministro, que ha venido negándose insistentemente a ver al líder palestino. No obstante, la radio israelí anunció anoche que Netanyahu también recibirá, dentro de dos semanas, a Arafat, aunque la oficina del primer ministro no confirmó este extremo.
Al actuar como puente, Weizman se propone aliviar las tensiones entre israelíes y palestinos y abrir un contacto oficial entre Arafat y el Gobierno de Natanyahu que, desde su llegada al poder hace tres meses, ha ignorado todos los requerimientos para una cumbre. La reunión con él presidente se celebrará en la residencia de Weizman en Cesarea y no en su residencia oficial de Jerusalén, probablemente en el curso de las próximas dos semanas.No hubo reacción oficial de los palestinos, pero se descarta que Arafat puede sentirse tardíamente reivindicado. Sus asesores han tratado en vano de organizar una entrevista con Netanyahu, quien ya se ha reunido con los líderes de Jordania y Egipto, pero ha desoído todas las invitaciones palestinas a una cita con Arafat. A pesar de ello, la radio de Israel anunció anoche: "Lo que ahora se puede decir es que el presidente Weizman, el primer ministro Netanyahu y el ministro de Defensa, Isaac Mordechai, se van a reunir con Yasir Arafat dentro de dos semanas". La oficina de Netanyahu se negó a confirmar esta información.
Weizman hizo el anuncio en una conferencia de prensa al término de una conversación con Netanyahu, un detalle que contribuyó a eliminar especulaciones de graves diferencias entre el presidente y el primer ministro en torno a la controversia de los contactos oficiales con Arafat. Según versiones periodísticas, Weizman había amenazado con reunirse con Arafat a pesar de las objeciones de Netanyahu, quien, durante su campaña electoral, juró que jamás hablaría con el líder palestino, aunque más tarde dijo que podría sostener contactos si eran "absolutamente necesanos". Netanyahu no dijo ayer en público nada de lo que luego adelantó la radio."Tras intercambiar opiniones, llegamos al acuerdo de celebrar una reunión, para la que todavía no hay fecha, en mi casa, que es el lugar mas apropiado", declaró Weizman.
"Va a ser una reunión muy importante", señaló Nabil Shaath, ministro de cooperación internacional en el gabinete de Arafat, pero no entró en detalles acerca de lo que el líder palestino piensa plantear en el encuentro. Arafat está cada día más alarmado por las políticas de Netanyahu y según uno de sus más estrechos colaboradores "está incluso considerando la suspensión de todas las negociaciones con Israel por la evidente falta de progresos". "Hasta la elección de Netanyahu, el proceso de paz se movía como una tortuga", dijo por su parte otro ministro palestino, Saeb Erakat. "Ahora Netanyahu ha puesto la tortuga con las patas arriba".
Aparentemente Weizman ha interpretado bien la impaciencia palestina. El presidente llevó a Netanyahu una carta firmada por Arafat la semana pasada. "La leyó cuidadosamente. Luego le dije: 'Mira, quiero dar curso a su petición y propongo que nos reunamos en mi residencia de Cesarea.
Cinco días de plazo
El diario Yedioth Ahronot dijo ayer que Weizman dió a Netanyahu un plazo de cinco días y que si el primer ministro no recibía a Arafat, entonces lo haría él. Weizman, que es partidario de que Netanyahu se vea con Arafat, dijo que podría concretarse tal entrevista. De momento lo hará solo él.El presidente israelí, que como ministro de Defensa durante el Gobierno derechista de Menájem Beguin contribuyó a pactar la paz con Egipto en 1979, parece ser consciente de que ya se ha hecho demasiado desaire a Arafat y que continuar con esa práctica dañará aún más el de por sí tambaleante proceso de paz. La entrevista puede producir una mejoría en las relaciones palestino-istaelíes, particularmente en momentos en que Egipto ha manifestado que la cumbre económica árabe-israelí prevista para el próximo mes en El Cairo, podría ser cancelada.
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