Bueyes de carreta
Los aficionados fueron a esta corrida con la ilusión de asistir a la recuperación de una ganadería -la de Pablo Romero- que en este ruedo, y en muchos otros, ha sido santo y seña de presentación, nobleza y bravura. Pero nuestro gozo en un pozo. No hay recuperación. Presentación sí y quizá también el haber elimina do las caídas. Pero la nobleza y la bravura no aparecieron por ningún lado. Unos auténticos bueyes de carreta, distraídos, mansos y con malas intenciones. Se salvó de la quema el sexto, que aunque con la cara alta, punteando los engaños y corto de arrancada, al lado de sus hermanos pareció hasta bueno.Con ese material, los diestros hicieron lo que pudieron y, por lo menos, mostraron gran voluntad. Luis de Pauloba, con el peor lote, sólo pudo mostrar algunas gotas de su arte exquisito: un manojo de verónicas, una media y algún pase de trinchera. Flojo con la espada.
Pablo-Romero / Pauloba, Padilla, García
Seis toros de Pablo-Romero, muy bien presentados, pero mansos, con sentido y sin humillar; se salvé el sexto. Luis de Pauloba: aviso con aplausos y dos avisos con ovación. Juan José Padilla: aviso con vuelta al ruedo y ovación. Juan Carlos García: palmas y aviso con vuelta al ruedo. Menos de, media entrada. Plaza Monumental. Barcelona, 25 de agosto
Juan José Padilla recibió a su primero con una larga de rodillas. El muleteo fue muy valeroso y entendió muy bien al, toro, que no dio facilidades. Obligó y tiró del animal y, además, aunque sólo consiguiese un pinchazo hondo, ejecutó la suerte suprema con excelente estilo. La lidia de quinto transcurrió entre protestas porque el público ya estaba muy mosqueado con el juego de ganado. Padilla supo sobreponerse a las circunstancias. La faena tuvo, muy buen corte hasta que el toro dijo basta y se negó a seguir embistiendo.
Juan Carlos Garcia, que se presentaba como matador de toros, no se complicó la vida con su incierto primero, que le dio un buen susto al lancearlo y al que despenó de una excelente estocada. Gustó mucho en el algo aprovechable sexto, que brindó al público.
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