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Uno de cada cuatro coches de la policía nacional está fuera de servicio por avería

Jan Martínez Ahrens

Los coches de la policía están detenidos. Un 25% del parque móvil de la Jefatura Superior de Policía, con un total de 1.131 vehículos, está fuera de servicio por avería, según dos sindicatos y una fuente oficial. Esta cifra se mantiene incluso si se suman los 1.485 vehículos pertenecientes a los organismos policiales centrales con sede en la capital de España.El desgaste del parque móvil crea situaciones insólitas como que, según las citadas fuentes, la Unidad Territorial Antiterrorista, el grupo destinado a capturar al comando Madrid de ETA, sólo tenga en funcionamiento dos de los 15 vehículos que tiene asignados.

Algunos agentes de la comisaría de San Blas patrullan a pie por falta de coche, y el Área de Delincuencia Urbana de la Brigada Provincial de Policía Judicial, encargada de investigar los casos más importantes e Madrid, sólo disponga de cinco coches para 72 funcionarios.

"Nos los jugamos al mus", ironizó un responsable de la Policía Judicial. Las causas de esta precariedad residen, según el Sindicato unificado de la Policía (SUP) y el Sindicato Profesional de Policía Uniformada (SPPU), en la antigüedad del parque móvil, armado en un 60% por vehículos con distintivo policial -radiopatrullas, furgonetas y vehículos de la Unidad de Intervención Policial- y en un 40% por motos y vehículos camuflados.

Otro motivo radica en el desgaste al que se ven sometidos. Conducidos por tres personas distintas cada jornada, en marcha 24 horas al día y con recorridos de acelerón y frenazo, los coches son incapaces de asar los cuatro años de servicio sin visitar los talleres.

Así, cada año, unos 300 vehículos -el12% del total- sufren averías consideradas graves; otros 3.850, medianas, y 25.000, problemas menores o simples trabajos de mantenimiento.

A este apartado, según fuentes policiales, hay que añadir las revisiones de la ITV y los danos que se originan dentro de los propios parques -alrededor de unos 725 casos cada año.

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La duración media de los arreglos, de los que se encargan unos 150 agentes en los talleres de Moratalaz y de la calle de Francos Rodríguez (Tetuán), es un misterio. "Lo normal es que dejes un coche y no lo recojas hasta que lleves otro averiado", comentó un mando policial.

"Por la falta de un piloto, un coche ha llegado a estar paralizado un mes. Y es que falta presupuesto para piezas y los mecánicos tienen que sacarlas de vehículos estropeados para ponerlos a otros, como los de escolta, con los que corre más prisa.

Incluso se sacan piezas del cementerio de coches de El Escorial para reparar los vehículos", señalo el portavoz del Sindicato Unificado de Policía (SUP).

Detrás de la precariedad del parque móvil se esconde la falta de presupuesto. Las medidas de ahorro del Gobierno central han afectado a la Dirección General de Policía, que se enfrenta a un recorte del 5% en sus partidas.

Este periódico trató, sin éxito, de recabar la versión de la Jefatura Superior de Policía, que declinó ofrecer su versión sobre los datos citados.

Un sindicato policial aboga por la privatización para paliar los retrasos en las reparaciones de coches

Ante este hecho, se barajan varias posibilidades, entre ellas la privatización de los talleres. 'Los mecánicos que ahora tenemos son policías por oposición, es decir, profesionales de la seguridad que no pueden actuar contra el delito, sino que se les pone reparar coches, y como no hay dinero para piezas, pues no te pueden arreglar el coche a la velocidad que lo haría un taller privado, donde los tiempos de reparación están marcados. Si se privatizase el servicio se alcanzarían os objetivos: sacar a unos 150 policías más a la calle y reducir los tiempos de reparación", indicó el portavoz del SPPU.La idea de privatizar los talleres, aunque a juicio de los manos policiales no ha pasado la se embrionaria, podría desarrollarse a partir de dos modelos. El primero sería que la flota de coches fuese de alquiler y que se renovase cada dos años. El segundo plan implicaría una compra masiva de vehículos con el compromiso de cambiar el parque móvil cada tres años. En ambos casos, la casa suministradora se encargaría del mantenimiento. Ambas ideas, en opinión del SPPU, aseguran una mejora del parque móvil y de su mantenimiento.

Más rápido, más caro

La desventaja de la privatización, según un responsable policial, reside en el elevado desembolso que implica, un gasto prácticamente imposible de afrontar en una época de recortes presupuestarios. En favor del mantenimiento del actual sistema figura, además, su bajo coste en comparación con las tarifas privadas. Por término medio, según fuentes policiales, la reparación de una avería grave cuesta al Estado unas 165.000 pesetas, una mediana 95.000 pesetas y una pequeña unas 35.000.

La principal derivación de las averías es el descenso en la eficacia policial en una ciudad que posee la tasa más baja de resolución de casos de España. "Hay que mejorar el parque móvil, de lo contrario el ciudadano se queda sin el servicio por el que paga. No se puede patrullar con coches destrozados y con más de 200.000 kilómetros o con furgonetas de hace 10 años, como a veces ocurre. Porque luego, además, los coches que peor están no son desguazados, sino que son enviados a la ciudades de la periferia y allí apenas dan de sí", indicó el portavoz del SPPU.

"Hubo un día en la comisaría de Universidad en que, a falta de coche, los agentes salieron a patrullar a pie. La emisora les llamó porque había saltado la alarma de un banco junto al Tribunal Constitucional. Los agentes contestaron que carecían de un vehículo para desplazarse y la respuesta de la emisora: 'Ya, ya, pero es que no hay otro'. Los agentes tardaron 20 minutos en llegar", añadió.

Un paseo por los talleres de la policía muestra la penosa situación del parque. En las instalaciones, ubicadas en la calle de Francos Rodríguez, cerca de un centenar de vehículos aguardan en el aparcamiento a su reparación. A algunos les cubre el polvo. En los talleres, policías con mono azul, se afanan en el arreglo de cinco coches. A diferencia de los privados, apenas poseen material de diagnosis. Los mecánicos saludan y al preguntarles cómo va el trabajo, uno contesta: "Pues fíjate, somos cuatro".

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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