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La política del avestruz

Ya se está convirtiendo en tradición que el presidente ruso, Borís Yeltsin, prefiera abandonar el Kremlin y desaparecer en visperas de los derramamientos de sangre, relacionados con Chechenia, que él mismo programa.La primera vez que Yeltsin utilizó el método del avestruz fue en diciembre de 1994, cuando, después de firmar el decreto por el que ordenaba la entrada de las tropas rusas en Chechenia, escondió su cabeza primero en un hospital y después en una dacha (casa de campo).

En aquellos momentos decisivos, prefirió arreglarse el tabique nasal y observar desde la clínica el avance de sus soldados a asumir la responsabilidad ante un posible fracaso. Aunque los médicos rusos no conceden ni siquiera un día de baja por esa operación, Yeltsin, aquejado en realidad de chechenitis, pasó 10 días en el hospital y después continuó "un programa de rehabilitación" fuera de Moscú.

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La segunda vez ocurrió medio año más tarde, en junio de 1995, cuando el comandante checheno Shamil Basáyev se atrincheró en el hospital de la ciudad rusa de Buidónnovsk, con miles de rehenes. Yeltsin no sólo no canceló su viaje a Canadá, sino que antes de tomar el avión dio la orden de asaltar el hospital.

Ahora el presidente ruso ha dado la orden de "restablecer la legalidad" en Grozni y él ha elegido estos días para irse a inspeccionar el lugar donde probablemente pasará sus vacaciones.

Yeltsin desaparece esta vez en una idílica zona ubicada a unos 450 kilómetros al noroeste de Moscú, en la provincia de Nóvgorod, en la ciudad de Valdái. Allí, en medio de bosques de coníferas y a orillas del lago del mismo nombre se encuentra una de las tres residencias de descanso que el presidente de Rusia posee. Las otras dos son la dacha de Barvija, cercana a Moscú, y la de Sochi, a orillas del mar Negro, donde generalmente pasa sus vacaciones de verano. La decisión de no ir a, Sochi, puede estar relacionada con su delicado estado de salud. El clima en Valdái es más suave, no hace el calor que reina en el sureño balneario.

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