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La autopsia revela que la actriz Margaux Hemingway se suicidó con tranquilizantes

La conclusión provisional del forense que hizo el examen preliminar del cuerpo de Margaux Hemingway estaba equivocada. La actriz y modelo, de 41 años de edad, no murió por causas naturales relacionadas con la epilepsia que sufría, sino que se suicidó con una sobredosis de tranquilizantes que había conseguido sin receta, según los resultados definitivos de la autopsia.El cuerpo sin vida de Margaux Hemingway fue encontrado en su casa de Santa Mónica, cerca de Los Ángeles, el 1 de julio. Su historial de depresión, alcoholismo y transtornos alimentarios, complicada con un cuadro de epilepsia y la ausencia de datos claros en la primera autopsia hizo pensar que la muerte se debía a causas naturales. Pero la conclusión definitiva indica que la nieta de Ernest Hemingway coincidió, voluntariamente o no, con la fecha del suicidio de su abuelo, que 35 años antes, el 2 de julio de 1961, se disparó un tiro en la cabeza. También se suicidarón, con apellido Herrúngway, el padre del Premio Nobel de Literatura y dos hermanos.

El pasado 1 de julio, una amiga de Margaux, alarmada después de no haberla visto durante dos días, fue al apartamento, utilizó una escalera para asomarse por la ventana y desde allí vio el cuerpo sin vida de la actriz sobre la cama. La policía no encontró señales de violencia física ni rastros de drogas. Sólo medicinas para la epilepsia.

Tampoco había ninguna nota, aunque ya entonces el inspector Gary Gallinot dijo que no podía descartarse el suicidio. Judy Stabile, la amiga que descubrió el cuerpo, compartió entonces la misma opinión: "Puede ser un ataque de epilepsia, puede ser el legado de su abuelo, puede ser cualquier cosa".

Margaux Hemingway tuvo una época de rápido éxito como modelo, a los 20 años de edad, de la que saltó al cine, con malos papeles en mediocres películas como Lipstick, Killer Fish o Inner Sanctum. A diferencia de la carrera de su hermana Mariel, lanzada a la fama después de su papel en Manhattan, de Woody Allen, Margaux no consiguió afirmarse en el mundo del espectáculo. De la mano del fracaso llegó su dependencia del alcohol, contra la que luchó públicamente con desiguales resultados, complicada por su enfermedad epiléptica y un grave accidente de esquí.

El apellido Hemingway -"sólamente llevarlo no ha sido suficiente", declaró Margaux hace seis años- le ayudó al principio y le resultó sofocante después. Aparentemente, no quería tirar la toalla, como parecen sugerir sus palabras del 7 de junio: "Yo creo en la lucha contra los obstáculos. De eso va la vida, hay que echarle corazón y seguir adelante".

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