Preocupa la salud del Papa tras ser hospitalizado en secreto
A pesar del comunicado tranquilizador de la oficina de prensa de a Santa Sede sobre la salud del papa, éste, que el miércoles por la tarde fue sometido a diversos exámenes médicos, especialmente radiológicos, apareció ayer extremadamente cansado y con menos voz de la habitual durante el Angelus que recitó ante los fieles, desde el balcón de su residencia estival de Castelgandolfo. Juan Pablo II, que cumplió en mayo 76 años, renunció a celebrar la misa de la Asunción, que dijo el cardenal secretario de Estado, Angelo Sodano.El Vaticano había mantenido en secreto el ingreso del Papa en la clínica Regina Apostolorum, de Albano, junto a Castelgandolfo y cerca de Roma, donde anteayer le realizaron lo que fuentes sanitarias, que filtraron la noticia, calificaron como controles rutinarios, entre ellos varias radiografías y una tomografía axial computerizada (TAC), que, según la oficina de prensa de la Santa Sede -que sólo informó una vez que la hospitalización del Papa había trascendido-, no evidenció signos dignos de mención, especialmente en relación con la "intervención de cirugía abdominal" que le fue practicada en 1992.
En julio de ese año, al Papa se le extirpó un tumor en el colon, del tamaño de una naranja, que oficialmente siempre se calificó de benigno. También se le quitó entonces la vesícula.
El secreto con que se desarrolló la visita a la clínica de Albano, cuando en alguna ocasión ha sido el propio Pontífice quien ha informado a los fieles de que iba a ser hospitalizado; la petición de máxima reserva al personal sanitario y el hecho de que llegara con su secretario, su médico personal y pocos hombres de escolta en un coche camuflado, que no es el suyo habitual, contribuyeron a disparar las especulaciones.
El que se hablara en el comunicado vaticano de "controles periódicos" no despejó ningún enigma porque Juan Pablo II se hace las visitas rutinarias en el Policlínico Gemelli de Roma, donde siempre ha sido internado e intervenido.
Ya el miércoles, día habitual de su audiencia con los fieles, apareció muy fatigado, y el día anterior había dejado de celebrar la habitual misa en su capilla privada a las 7.30, porque, al parecer, los dolores de abdomen le habían comenzado el lunes. No obstante, el director sanitario de la Regina Apostolorum, Francesco Bevere, dijo haber encontrado al papa Wojtyla "en buen estado de salud", además de "sereno, relajado y de buen humor".
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