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Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Teoría del simulacro

Que los ordenadores y la moderna tecnología tienden a aislar al individuo, al tiempo que le permiten la posibilidad -¿la ilusión?- de estar conectado virtualmente con todo el conocimiento universal, es una constatación que el cine americano viene confirmando desde hace tiempo y que filmes como La red convierten en fuertes certezas antropológicas.La última aportación de esta tendencia nos llega ahora desde la más estricta independencia , con un filme de debutante sólidamente asentado en tres bastiones: uno, el tema, que no es otro que el deseo de mostrar a qué límites de absurdo vital se puede llegar en el uso de las tecnologías de comunicación interpersonal -teléfono, fax y ordenador-; dos, las formas genéricas -en este caso la comedia-, férreamente apuntaladas por un guión prodigiosamente bien construido, regulado por unos diálogos inusitadamente inspirados, pero también por hallazgos visuales de destacable operatividad. Y tres,. por la elección de un elenco de actores que funciona a las mil maravillas.

Denise te llama

(Denise calls up). Dirección y guión: Hal Salwen. Fotografía: Michael Mayers. Producción: J. Todd Harris para Davis Entertaimment, Skyline Ent. Parthers y Dark Matter. EE UU, 1995. Intérpretes: Alanna Ubach, Tim Daily, Carolee Feeney, Aida Turturro, Dan Gunthier, Dana Wheeler Nicholson, Leiv Schreiber. Estreno en Madrid, Multicines Ideal.

Con estos elementos, Denise se presenta como un filme profundamente coherente, brillantemente construido y que parece responder a un desafío implícito, una de esas trampas que a Hitchcock tanto le gustaba plantearse -y resolver-: cómo hacer para mantener al espectador pendiente de una ficción en la cual sus personajes hablan todo el tiempo por teléfono; en la que, si se exceptúa el plano final, jamás hay dos personas juntas en el encuadre, y en la que se proponen ciertas soluciones cotidianas que inevitablemente presuponen la proximidad física que, repetimos, jamás se da en el filme.

Inusitado aplomo

Todo esto lo resuelve el debutante Hal Salwen con inustado aplomo, como si dar coherente solución a estos problemas fuese lo que viene haciendo desde q ue está en el planeta y no fuera ésta su modesta, primera aportación al cine.Pero resulta que Denise es también bastante más que una película felizmente resuelta. De hecho, es una irónica, vitriólica mirada sobre una cotidianidad, la de un grupo de jóvenes entre los 28 y los 30 años, que los lleva virtualmente a convertirse en artistas sentimentales, eso sí, pulcramente tecnologizados, aparentemente preocupados por el prójimo, pero indefectiblemente prisioneros de hábitos de trabajo sencillamente draconianos y de un egoísmo felizmente resuelto con coartadas inverosímiles.

Tiene, pues, Denise te llama algo de mirada un tanto exagerada sobre el presente, pero también el inequívoco aire de una profecía fatalmete cercana: lo que Hal Salwen hace evidente no es otra cosa que la apoteosis del simulacro, la vida vivida vicariamente, no ya a través de los mecanismos que desde siempre nos han permitido tal cosa -la literatura, el teatro, el cine, la televisión-, sino de una ficción de existencia que nos tiene a nosotros por paradójicos protagonistas.

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