La Unión Europea seguirá en Mostar tras un laborioso acuerdo con croatas y musulmanes
La Unión Europea (EU) no abandonará Mostar. Una retirada unilateral de su misión en la capital de la razón de Herzegovina ha sido evitada tras tres ultimatos y horas de tensa y dura negociación. El acuerdo, con el último plazo expirado en casi 24 horas, se logró ayer. Croatas y musulmanes firmaron un compromiso que pone fin a una crisis que amenazaba la supervivencia de la Federación croato-musulmana y de los acuerdos de paz de Dayton. "Ha sido muy complicado y nos ha costado muchas horas de sueño, pero es una muy buena noticia" dijo Martin Garrod, representante de la UE en Mostar.
"Aún existen problemas, pero [el acuerdo] es un gran avance", reconoció Mijo Brajkovic, alcalde del sector croata de Mostar, y uno de los destacados representantes del nacionalismo radical de los croatas de Bosnia. "Estoy muy satisfecho de que hayamos sido capaces de alcanzar un acuerdo", respondió Safet Orusevic, su homólogo del sector musulmán. "Estamos contentos de que el Consejo Municipal no detenga sus trabajos", añadió. El texto firmado no es muy diferente del que los croatas rechazaron reiteradamente el domingo y el lunes.. Este comienza textualmente: "Aceptamos la creación de una administración municipal efectiva". Por ello, se prevé una reunión del Consejo este mes [según el reglamento interno, debe celebrarse en los 60 días posteriores a las elecciones] en la que se elegirá al alcalde, que en principio deberá ser un croata, y su adjunto. Esto supone, de hecho, una aceptación del resultado de las elecciones del pasado 30 de junio.Los bosniocroatas consideran que las irregularidades detectadas en un colegio electoral de Alemania, para residentes en el extranjero, desvirtuaron los comicios. En la actualidad, la población mayoritaria en Mostar es la croata (40.000 frente a 30.000 musulmanes), mientras que entre los residentes de esta ciudad en el extranjero predominan los musulmanes. Para el ombudsman (Defensor del Pueblo) de la UE, las irregularidades fueron menores y no alteraron el resultado. Los bosniocroatas rechazaron este veredicto y sostienen que, gracias al voto extranjero, los musulmanes,obtuvieron la mayoría en el Consejo Municipal, 21 escaños frente a 16.
Los Quince ceden
Para desatascar la crisis, la UE ha cedido y aceptado que sea el tribunal de justicia competente de la Federación -sea el Constitucional, ya creado, o el Supremo, aún por formar- el que tome una decisión sobre las denuncias croatas de irregularidades electorales, lo que se interpreta como un aplazamiento del problema de fondo, pues la batalla se centrará ahora en ese organismo judicial. La UE consideró- antes esta petición como una maniobra dilatoria. El texto aprobado ayer invita a las partes a "acelerar" la decisión de ese tribunal, pero no garantiza que ambas se vayan a someter a su veredicto.Después de la sesión del Consejo Municipal en agosto, éste se reunirá de nuevo cuando la justicia decida. Según Mate Granic, ministro de Exteriores de Croacia, Estado patrocinador político y económico de los radicales croatas de Bosnia-Herzegovina, la primera reunión será el 8 de agosto. Así se lo anunció ayer al ministro de Exteriores francés, Hervé de Charette.
Se descarta, pues, una repetición total de las elecciones, no así la del colegio electoral de Alemania, en el que se centran las denuncias bosniocroatas. En la oficina de Sarajevo del alto representante internacional para Bosnia, Carl Bildt, se ha seguido esta negociación -"muy dura", en palabras de Martin Garrod- pues, a su juicio, en ella se jugaba el futuro de todo el proceso de paz de Dayton. "¿Cómo vamos a lograr que se celebren elecciones efectivas en toda Bosnia (previstas para el 14 de septiembre) si cedemos en la anulación de las municipales de Mostar?", dijo una fuente próxima a Bildt. El acuerdo alcanzado ayer en Mostar permite a la UE salvar la cara tras tres ultimatos ignorados por los negociadores, y permanecer en Mostar tras su órdago de julio, cuando amenazó con la retirada unilateral, pero la esencia del problema sigue sin resolverse, dicen los observadores.
La presidencia de la UE, que en este semestre corresponde a Irlanda, se apresuró ayer a felicitarse por el acuerdo. Irlanda propondrá ahora al resto de sus socios la permanencia en Mostar.
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