Prodi supera las peleas internas abiertas en el Gobierno italiano
Romano Prodi superó ayer un primer Rubicón en su mandato, iniciado hace dos meses y medio, al lograr un compromiso entre los 'verdes' y Antonio Di Pietro, el ministro de Obras Públicas, para que el Gobierno pueda proceder a la mejora de las comunicaciones por carretera. Rebasado este escollo y enfocada la política económica, mientras los partidos llegan a un acuerdo para abordar las reformas institucionales, el Gabinete de centro-izquierda puede mirar con tranquilidad el verano y parece tener garantizada su existencia al menos hasta julio de 1997.
La intensidad de las polémicas en el seno de la mayoría y el desorden ruidoso con el que se han expresado indican, sin embargo, que esa existencia no será tranquila. Pero la sensación de estabilidad se va imponiendo.El logro de ayer fue objetivamente modesto y menos relevante que el compromiso de política económica alcanzado hace un par de semanas bajo la amenaza de Refundación Comunista de derribar el Gabinete. El miércoles, los 'verdes', que, a diferencia de los comunistas, tienen un ministro, Eddo Ronchi, responsable del Ambiente, repitieron esa amenaza para impedir la aprobación del plan de reestructuración de la autopista entre Bolonia y Florencia propuesto por el ministro de Obras Públicas, Antonio Di Pietro.
La salida del choque ha sido un acuerdo . por el que se construirán solamente los 15 kilómetros de autopista nueva ya aprobados por Ambiente, pero a sabiendas de que las obras avanzarán otros 85 kilómetros a medida que los estudios técnicos y ecológicos pertinentes se realicen. No es la revolución, pero hay que pensar que ninguno de los tres Gobiernos que precedieron al actual lograron dar ni siquiera este primer paso, aunque el problema de la autopista estuviera ya planteado. Sin deponer las armas, tanto Di Pietro como los 'verdes' consideraron la solución satisfactoria, al igual que los empresarios y los sindicato.
La figura de Prodi, que sigue sin comunicar bien con los ciudadanos, sale reforzada por este acuerdo. Un indicio es que los ex democristianos encuadrados en el centro-derecha han dicho que apoyarán al Gabinete en la reforma de la autopista si los 'verdes' le retiraban. sus votos. El gesto es importante, porque, dada la inestabilidad de las dos coaliciones en que se divide el espectro político, todos los partidos temen o desean un eventual cambio de alianzas que altere o refuerce los equilibrios.
Pero Prodi, que no tiene partido propio, parece el menos interesado en que cambien las alianzas. Ni Refundación Comunista ni los 'verdes' tendrían tampoco un interés objetivo en romper la coalición para pasar a una oposición fragmentaria. Sus continuas trifulcas traducen un afán de protagonismo paralelo a la necesidad de no ser devorados por el Olivo y de mantenerse a la vista de sus electores. Lo mismo puede decirse de Di Pietro, y de su ambicioso objetivo de utilizar la cartera de Obras Públicas para potenciar el empleo. Prodi no teme que ninguno de éstos rompa la cuerda. Además, Di Pietro, si lo hiciera, no le quitaría diputados.
Acuerdo sobre la reforma
Pero la mejor garantía de continuidad para Prodi es el acuerdo ya alcanzado entre los bloques, y sobre todo entre Forza Italia (FI) y el Partido Democrático de la Izquierda (PDS), de reformar la Constitución a partir de una comisión parlamentaria que ya se está organizando. Prodi podrá sentirse seguro al menos hasta julio de 1997, cuando, según el proyecto acordado, la comisión deberá concluir sus trabajos.El debate de los presupuestos para 1997 durante el próximo otoño reactivará las tensiones con los comunistas. El principal factor de tensión para las relaciones entre el Polo y el Olivo es, en cambio, la reforma del sistema televisivo. El Polo rechaza la propuesta del Gobierno de limitar los ingresos del grupo televisivo de Berusconi y se niega a tramitarla con urgencia. Pero si no lo hace, a finales de agosto debería aplicarse la sentencia del Tribunal Constitucional que dice que Mediaset tiene que apagar una de sus redes.
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