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Los políticos norirlandeses buscan un preacuerdo de paz

Los principales partidos de Irlanda del Norte ultiman el terreno que permita un acuerdo definitivo en torno a las modalidades y la agenda de las negociaciones políticas. Tras ocho semanas de contactos bilaterales, sus respectivos delegados confían en compartir la mesa negociadora el lunes, justo en vísperas de sus vacaciones estivales.La intervención del presidente de las negociaciones, el ex senador norteamericano George Mitchell, favoreció ayer un tímido acercamiento de las posiciones de unionistas y nacionalistas. El Partido Demócratico del Ulster (DUP), del radical Ian Paisley, marca la excepción al consenso. El DUP continúa presentando enmiendas enfocadas a limitar el papel del Gobierno irlandés en el proceso negociador. La reunión de ayer se centró en el contenido de la agenda a negociar tras el periodo estival. El futuro constitucional del Ulster así como el desarme de los paramilitares son los principales obstáculos al progreso.

Para los representantes de la comunidad protestante, la unión del Ulster con el Reino Unido "no es negociable". Y sus principales líderes, David Trimble y Paisley, denunciaron ayer el intento de Mitchell y de los nacionalistas irlandeses de obligarles a renegociar el estatuto de esta provincia británica. "Es totalmente inaceptable. La unión no es un tema que se pueda negociar", señaló ayer Paisley.

Mientras, la exclusión del Sinn Fein de la mesa negociadora hasta que el IRA reanude su alto el fuego parece favorecer el decomiso de las armas. Los unionistas se niegan a discutir el desarme en un subcomité, como se propuso originalmente, e insisten en que debe encabezar las negociaciones. Esta estrategia obligaría al desarme unilateral de los paramilitares lealistas puesto que son las únicas organizaciones terroristas representadas en las negociaciones.

La amenaza de nuevos disturbios durante el mes de agosto no se ha superado todavía. Los responsables de ambas comunidades fracasaron ayer en acomodar el itinerario de media docena de marchas orangistas. Estas manifestaciones, de carácter militar, pasan por barrios católicos donde no son bien recibidas.

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