El Gobierno logra el respaldo de la gran banca para el proceso de privatizaciones

El Gobierno, a través de su presidente, José María Aznar, y su vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, ha mantenido en las últimas semanas diversos contactos con los máximos responsables de la gran banca para recabar su apoyo al plan de privatizaciones y garantizar su éxito. El Ejecutivo considera que este programa es fundamental para el desarrollo de su política económica. La banca, por su parte, ha mostrado su apoyo al planteamiento de Aznar y Rato, tanto por razones estratégicas como por el volumen de negocio que le reportará.

José María Aznar y Rodrigo Rato han mantenido, en el transcurso de las últimas semanas, diversos contactos con los presidentes de las principales entidades financieras del país (BBV, Santander, BCH, Argentaria y La Caixa, principalmente) con un objetivo: lograr un apoyo claro al proceso privatizador que acaba de emprender el Ejecutivo. Fuentes bancarias y de la Administración explicaron que los contactos siempre han sido con uno o, en alguna ocasión excepcional, dos presidentes de bancos a la vez.Las mismas fuentes aseguran que la respuesta de los banqueros ha sido asumir el compromiso de apoyar el Gobierno y ofrecerse tanto para actuar como colocadores y aseguradores como para invertir en determinadas operaciones.

En realidad, este acuerdo es un pacto lógico, dado que favorece a ambas partes, al menos en principio. Para el Gobierno Aznar, el buen funcionamiento del plan de privatizaciones es básico, por dos razones. En primer lugar, es un compromiso electoral e ideológico. En segundo, la venta de empresas públicas es un elemento capital para que cuadren los presupuestos generales tanto, del año próximo, como del siguiente.

De momento, para las cuentas del Estado de 1997, el Gobierno espera contar con entre 600.000 y 700.000 millones de pesetas procedentes de las privatizaciones. De ellos, la mitad iría a paliar el recorte de la inversión en infraestructuras a través de un fondo de financiación mixto -con capital privado-. El resto se destinaría directamente a reducir intereses de la deuda. Estas dos operaciones son básicas para contribuir a la reducción del déficit público hasta colocarlo a finales de 1997 en el 3%, el objetivo fijado en Maastricht.

Para las grandes entidades financieras, la operación no es de menor relevancia. Solamente por actuar como agentes en los diversos aspectos de la colocación pueden obtener unos ingresos que superen los 20.000 millones de pesetas, el 3% de comisión en caso de que el Gobierno privatice por valor de 700.000 millones.

No obstante, el verdadero valor del proceso privatizador para las grandes instituciones financieras españolas es su participación directa en empresas estratégicas, especialmente en las relacionadas con los sectores energético. o de comunicaciones. El BBV y La Caixa, por ejemplo, son los dos grupos interesados en consolidar su presencia como núcleo duro en Repsol o Telefónica. Santander y BCH, por su parte, tienen como objetivo ENDESA y el. segundo operador de telecomunicaciones, que se formará a partir de Retevisión.

Fuentes de la Administración confirmaron que en el curso de las reuniones, los banqueros comentaron a José María Aznar y Rodrigo Rato su preocupación por el estrechamiento de los márgenes como consecuencia de la continuada caída de los tipos de interés.