Sorpresa en Colombia ante el imprevisto regreso del vicepresidente De la Calle

¿A qué viene el vicepresidente colombiano, Humberto de la Calle? ¿Viene a trabajar hombro a hombro con el presidente? ¿Viene a sumarse a la oposición que cree que la salida a la actual crisis pasa necesariamente por la renuncia del presidente Ernesto Samper? Esto se preguntaban ayer políticos y analistas tras la renuncia anticipada de De la Calle a la embajada en España. "La situación del país presenta cada vez un cuadro más preocupante. Yo tengo un deber que cumplir; y me pondré frente al cañón", dice el propio ex embajador.La situación del vicepresidente no es fácil. Sus relaciones con Samper siempre han sido distantes. Hace un año, cuando las contradicciones se hicieron evidentes fue nombrado embajador en España. ¿Por qué adelantó su regreso el vicepresidente, si él hace apenas 15 días había anunciado que su renuncia no sería antes de septiembre? Aunque él responde que el agravamiento de la crisis fue el motivo de adelantar la decisión, muchos creen que hay algo más detrás.

Citan el enfrentamiento con el ministro del Gobierno, Horació Serpa, y la insistencia de un sector parlamentario que pide la renuncia de De la Calle a la vicepresidencia para promover la idea de una tercería (una persona elegida por el Congreso que reemplace al presidente Samper en caso de que se diera su dimisión). "Yo no puedo entregar el poder de la sucesión presidencial a las camarillas y al grupo de la vieja casta política", dijo el ex embajador y dejó claro que el único heredero a la presidencia es él.

Su regreso provoca alegría en unos y preocupación en otro sector. Entre los primeros está la Dirección Nacional Conservadora. Su presidente, Jaime Arias, aseguró que lo importante es que ahora De la Calle no renuncie a la vicepresidencia. Ayer el editorial de El Tiempo, el diario más influyente del país -el mismo que le pidió el pasado sábado a Sámper su retiro-, le pidió a De la Calle que no renuncie.