Soldados de la OTAN en Pale ironizan sobre la captura de Karadzic
"Sólo en el caso de que los señores Karadzic y Mladic sean tan estúpidos o estén tan mal organizados como para presentarse ante uno de nuestros controles serán detenidos. Nosotros no somos policías apunta irónicamente el oficial británico al frente de lo que podría llamarse una 'guarnición veraniega' de la OTAN en Pale, la capital de Radovan Karadzic. Tres militares y una secretaria ocupan una oficina en una agradable casa arbolada de dos plantas, a las afueras del pueblo que sirve de feudo al líder político serbobosnio, supuestamente buscado como criminal de guerra sobre el que pesa una orden de captura internacional.
Una patrulla italiana con un carro de combate y dos vehículos es toda la presencia aliada que puede observarse en este día de julio en las afueras de Pale, un pueblo entre montañas y bosques a 20 kilómetros de Sarajevo que desde lejos parece sacado de una postal suiza. Tampoco la policía serbobosnia, el cuerpo leal a Karadzic por excelencia, mantiene ningún despliegue especial. Las calles, o mejor la calle, porque en una longitudinal se resume la vida de Pale, está concurrida a mediodía. Sin otra cosa que hacer, numerosos hombres se sientan en los cafés mientras las mujeres eligen los mejores tomates o sandías de los pequeños puestos que salpican las aceras.En el destacamento fijo de las tropas de IFOR, que ese es el nombre técnico de las fuerzas aliadas estacionadas en Bosnia para hacer cumplir los acuerdos de paz de Dayton, los militares británicos ironizan sobre el líder serbobosnio, "al que probablemente podrá encontrar ahora trabajando en su despacho de la fábrica Famos [un antiguo complejo industrial de las afueras que le sirve de cuartel general]. Si usted espera la noticia de IFOR buscándolo, pierde su tiempo. Aquí, dentro de unos días, seremos dos de guarnición", apunta refiriéndose a una sargento temporalmente de refuerzo.
"¡Quién sabe en qué agujero habrá dormido hoy!", se pregunta Stanka, una ferviente partidaria del líder serbobosnio. En Pale es vox populi que Radovan Karadzic hace meses que duerme en diferentes lugares, a los que su comitiva llega por sorpresa a horas intespestivas de la noche. Su Mercedes 600 blindado matrícula 01-01-1 se ve ahora con mucha- menos frecuencia.
Repudiado por su país
Libre como es, pero en una prisión a cielo abierto tras ser declarado fugitivo internacional por el Tribunal de la Haya. Karadzic ha llegado a utilizar ambulancias para descansar o desplazarse por el 49% del territorio de Bosnia que controla. Belgrado todavía le abre las puertas, pero Montenegro, su país, unido con Serbia en lo que queda de la República Federal de Yugoslavia, le ha negado recientemente la entrada para ver a su madre.En contra de Dayton, de todas las promesas y todos los acuerdos supuestamente suscritos con el mediador internacional Carl Bildt, ninguneado desde siempre,Radovan Karadzic continúa al frente de los destinos serbobosnios y de su partido gobernante. Robert Frowick, el estadounidense encargado del proceso electoral en Bosnia, ha asegurado que si para mañana, cuando debe comenzar la campaña electoral, Karadzic no ha hecho mutis político, su partido, el ultranacionalista SDS, será vetado. El Gobierno musulmán de Sarajevo anuncia por su parte que boicoteará los comicios si el antiguo psiquiatra de 51 años no desaparece de la escena.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.