La segunda vida de un yacimiento de petróleo

El primer experimento a gran escala para aprovechar yacimientos de petróleo y gas mediante la disminución de la presión ha empezado en alta mar. En el yacimiento Brent, el más rico del mar del Norte, que se empezó a explotar en 1976, la empresa Shell está invirtiendo centenares de miles de millones de pesetas para trabajos de reingeniería de tres de las cuatro plataformas que mantiene allí. El objetivo es dotar de una segunda vida al yacimiento, explotando la mayor parte posible del alto porcentaje de gas y petróleo que normalmente quedan atrapados cuando el yacimiento deja de ser rentable.En 1985, la producción del yacimiento alcanzó los 16 barriles de petróleo y los 14 millones de metros cúbicos de gas diarios. En 1993, ando empezó el proyecto de redesarollo, aunque ya la producción era mucho menor, todavía suponía el 13% del petróleo que produce el Reino Unido y el 10% del gas. Las obras en sí empezaron en 1994 y se prolongarán hasta s 1998, costarán 360.000 millones de pesetas y ocuparán a unas 3.000 personas. Inversión que se considera rentable si la extensión (le vida es de al menos un decenio, hasta el 2010. La producción de petróleo y gas se mantendrá, aunque a menor ritmo, durante todo el proceso.

Cada una de las cuatro plataformas del yacimiento, una de acero y tres de cemento, tiene casi la altura de la torre Eiffel y un total pesan 750.000 toneladas, albergan a 700 personas y han llegado a explotar unos 150 pozos. Ahora hay 93 activos.

La más antigua es la Brent Bravo, que es también la que va a cambiar más de cara. Fue construida en los fiordos noruegos, a 345 kilómetros de distancia y remolcada a su posición definitiva. Luego llegaron la Brent Delta, la Brent Alpha y en 1981, la Brent Charlie, la mayor de todas.

El yacimiento de Brent está formado por capas inclinadas de roca sedimentaria a unos 2,8 kilómetros de profundidad respecto al fondo del mar. El petróleo y el gas permanecen atrapados en la zona por una capa de pizarra. Normalmente se hacen subir a la superficie manteniendo la presión del yacimiento con agua de mar inyectada en la parte inferior. Es la técnica de inundación que termina cuando el agua reemplaza totalmente al petróleo y el gas.

Afirman los técnicos de Shell que con esta técnica se puede perder hasta el 60% de estas sustancias económicamente valiosas que quedan atrapadas en las irregularidades de la roca a través de la que circulan libremente.

En el caso del yacimiento de Brent, se trata de petróleo muy ligero, que contiene grandes cantidades de gas por la presión natural. En este caso se estima que hasta 1997 se habrá explotado por inundación el 53% del yacimiento. De 1998 al 2010 se explotará el 7% y todavía quedará n 40% sin explotar.

En la primera fase del proyecto, terminada la reingeniería de las plataformas, se apagarán en 1998 las bombas que inyectan agua para que el petróleo y el gas se redistribuyan en parte libremente. En la fase siguiente, se utilizará la presión del gas en la parte superior del yacimiento (donde emigra por ser más ligero que el petróleo) que ya sería superior a la del agua debajo del petróleo, para empujar el petróleo hacia arriba por los pozos. Por debajo de cierta diferencia de presión, sin embargo, este empuje es insuficiente y entonces, unos dos años después, entrarán en escena grandes bombas sumergibles que extraerán agua del yacimiento manteniendo la diferencia de presión necesaria para poder seguir explotandolo. En total se espera obtener así el equivalente a 378 millones de barriles de petróleo.

La decisión tomada por los técnicos fue la de aprovechar lo posible de tres de las plataformas (Bravo, Charlie y Delta), diseñadas para trabajar con alta presión, y dejar la Alpha destinada a una próxima obsolescencia. La reingeniería de la Bravo, una obra de grandes dimensiones en la prácticamente todo se cambió, incluida la antorcha donde se quema el gas sobrante, y se añadieron nuevos módulos de habitación, terminó hace pocos meses y ahora se lleva a cabo la de la plataforma Charlie, explicó recientemente a este periódico Tom Allardyce, director de la Brent Bravo.

Ha sido necesario utilizar una grua especial flotante, la Heeremac DB 102, que puede levantar hasta 3.2000 toneladas. También se utilizó un hotel flotante de grandes dimensiones, el Polyconfidence, con capacidad para 800 plazas, única forma de permitir los trabajos de centenares de técnicos en un ambiente tan hostil como el del mar del Norte, a muchos kilómetros de la costa más próxima.