La gran feria teatral extramuros

Off. Fuera, al margen. En 1969, nace el off-Aviñón. Fuera, al margen del in, del festival oficial. La criatura, modesta en un principio (a la sazón la formaba un grupito de compañías locales, como la de André Benedetto, la de Gerard Gélas y algunas más), hija de aquel célebre Mayo del 68 que agonizará, un tanto ridículamente, en Aviñón, adquiere dos años más tarde, en julio de 1971, derecho de ciudadanía. Aquel mismo año los papeles locales empiezan a hablar tímidamente del off-Aviñón (a imitación del off-Broadway).Hoy, 25 años después, cuando se conmemora el cincuentenario del festival de Aviñón, creado en 1947 por Jean Vilar, el off-Aviñón se ha convertido en una criatura monstruosa, tentacular, que abraza la ciudad entera, más allá de sus propias murallas, más allá de los márgenes del Ródano, y ofrece 450 espectáculos. De todo tipo y en todo tipo de escenarios -desde pequeños teatros con refrigeración, hasta garajes, almacenes, graneros e incluso caballerizas y huertos- Sin olvidar plazas y calles. Del 9 de julio al 3 de agosto. Desde las diez de la mañana (espectáculos infantiles) hasta la madrugada.

Aviñón, la ciudad entera, se ha convertido en un gran escenario y, a la vez, en un gran mercado. Porque al off se viene, en primer lugar, a mostrar un arte, unas veces dudoso y otras notable (algunos clientes del in, como Gildas Bourdet y Bernard Sobel, empezaron en el off), pero también -y a veces ésta es la única razón de acudir a la ciudad de los Papas- a vender un espectáculo, ya sea en el circuito francés, el europeo o, en el mejor de los casos, en el internacional.

Hay algunos grupos, algunos artistas, que son clientes incondicionales del off-Aviñón. No necesitan triunfar -ya lo lograron- ni vender unos espectáculos que venden como rosquillas, en cualquier plaza. Vuelven a Aviñón, al off, porque el territorio les atrae como algo propio; porque en cierta medida les rejuvenece y porque les permite reencontrarse con su público, el de siempre, el que les vio como quien dice nacer, o consagrarse. Esa pareja que les pide una foto con el pequeño, frente al teatrito. Esa mujer que les trae un tarro de confitura de tomate o de sandía, hecha en casa por la abuela, la cual no ha podido venir este año, la pobre, porque se ha lastimado la pierna y, encima, «con este calor... He visto a Raymond Cousse (Enfantillages, en el Poliorama: actor Pep Cruz, director Flotats), al pobre Cousse -se suicidó-, recibir ese tarro de confitura, de sandía, y he disparado más de una foto -"perdón sería usted tan amable... "- con la pareja, el pequeño y el artista de turno.

La compañía catalana, de Manresa, Teiatru, es la primera vez que acude al off-Aviñón. Ha venido con Hop!era (jugando con hop! y ópera), "un espectacle visuel et amusant pour écouter, regarder, rire et s'émouvoir [un espectáculo visual y divertido para escuchar, mirar, reír y conmoversel ", como reza la publicidad. Un espectáculo estrenado en Tárrega en 1995, que ha podido verse en Barcelona con éxito. Sus autores son Toni Albá y Jordi Purtí. Albá, hijo de Vilanova i la Geltrú, conoce muy bien Aviñón y el off: triunfó con la compañía Drambakus y su espectáculo Opération Fu (siete años de rodar con él por el mundo, por toda Europa, África y Canadá). El año próximo tiene previsto regresar a Aviñón, al off, para vender L'ombra, el espectáculo que presentó la pasada temporada en el Regina de Barcelona. Purtí, hijo de Manresa, es nuevo en esta plaza. Con él -coautor, codirector e intérpretehan venido cuatro actores más -Jordi del Río, Meritxell Escudé, Elisa Jorba y Helena Plamás un regidor y un técnico. En total son siete. Actúan en el Théâtre de l'Oulle, en la plaza Crillon, frente al Hotel de l'Europe, un sitio privilegiado, en un escenario con todas las condiciones. El horario es bueno: 11.30. Cada día, del 9 de julio al 3 de agosto.

Han venido a convencer, a triunfar y a vender. Y lo van a conseguir. Llevan apenas una semana y la media de espectadores es francamente buena: 60 / 70 sobre un total de 200 localidades. Empiezan a funcionar los contactos. Hay tres contratos en perspectiva, uno importante, con los hipermercados Carrefour.

La operación les supone, en números redondos, una inversión de cuatro millones (1,3 millones de pesetas tan sólo por el alquiler del local, que comparten con otras siete compañías, con lo que se demuestra que quien de hecho hace su agosto es el empresario del local). En esa cantidad hay que incluir el alquiler de la vivienda -una casa con jardín-, el sueldo del manager -que les vende el espectáculo en Aviñón, les busca contactos con la prensa y los promotores- y la comida. Almuerzo y cena. En cuanto al desayuno, se lo han traído de casa: pan con tomate, jamón, buenas butifarras... con los que obsequian a los promotores que les visitan. Una casa con jardín, pero también con ordenador, con fax, con contestador telefónico; vamos, con todo lo que hace falta para triunfar en el off.

Teiatru es, junto a una compañía de flamenco, el único grupo español que actúa este año en el off-Aviñón. Y Ton¡ Albá y Jordi Purtí, los únicos autores españoles, catalanes, que figuran en la programación de este año, la del cincuentenario. Junto a adaptaciones, francesas, de obras de Arrabal, Sanchis Sinisterra, Picasso, Martín Elizondo y Almodóvar. Es el primer año en que no veo ningún Lorca.