Ryuichi Sakamoto embelesa a una entregada audiencia en Madrid

Una discreta entrada de público afluyó anoche hasta el madrileño Cuartel del Conde Duque para presenciar la actuación del músico japonés Ryuichi Sakamoto. Entre los asistentes al concierto dominaban los extranjeros de las más variadas nacionalidades con cierto predominio de compatriotas del artista, que, o bien están afincados en nuestro país o bien pasan sus vacaciones aquí. Ése era el caso de dos jovencitas que, sin parar de sonreír, trataban de explicar la importancia de Sakamoto en su patria.

A las diez menos diez de la noche, sin que la luz solar hubiera abandonado del todo el patio del antes cuartel, el delicado músico de pelo rubio se sentó al piano, acompañado de un violinista y un violonchelista, y dio comienzo a un repaso de su último disco editado, 1919. Tan leve fue el ataque inicial con que el intérprete abordó su repertorio, que los pájaros de la zona, que debían pensar que aún no había llegado su hora, natural de retirarse, conseguían imponer sus gorjeos al volumen de la música y distraer con ello a la embelesada audiencia. No obstante, el canoro obstáculo fue soslayado casi de inmediato y el público pudo disfrutar del especial arreglo casi acústico que Sakamoto hace de las famosas bandas sonoras que ha compuesto: El cielo protector, El último emperador o Tacones lejanos, entre otras.

Renacentista

Sakamoto también interpretó algún tema de la Yellow Magic Orchestra, única aventura del compositor y teclista por los terrenos del pop más convencional y antes de embarcarse en un viaje. multidisciplinar que le convierte en un artista, a la vez, contemporáneo y renacentista.En cuanto a los espectadores locales, Santi, camarero de un céntrico bar de la capital, afirmaba ser fan de Sakamoto y explicaba: "Me parecen bien las 2.500 pesetas de la entrada. Me gusta mucho porque es muy creativo y hace músicas con atmósfera, para alucinar".

Sin embargo, no todos nuestros compatriotas tenían tanto dominio acerca de este artista. Sin ir más lejos, los dos policías municipales que velaban por el correcto acceso al recinto y porque la gente no aparcara en lugar indebido, mantenían entre ellos el siguiente diálogo: "¿Quién toca hoy?" "Miliki Sakamoto".