El Ministerio de Defensa alemán pacta con Hacienda reducir su presupuesto

El presupuesto del Ministerio de Defensa alemán para 1997 será de 46.600 millones de marcos (3,91 billones de pesetas). Se logra así una especie de solución salomónica entre el ministro federal de Hacienda, el socialcristiano de Baviera Theo Waigel (CSU), que quería reducirlo a 46.000 millones de marcos, y la exigencia del de Defensa, el democristiano Volker Rühe (CDU), quien se negaba a aceptar un recorte por debajo de 47.100 millones de marcos. Al final se partió la diferencia y Rühe tendrá que conformarse con una reducción de medio billón de marcos (42.000 millones de pesetas).El Ministerio de Defensa considera que se podrá vivir con el recorte y será posible conservar el volumen de 340.000 efectivos entre soldados de reemplazo, profesionales y contratados, pero quedan en el aire varios proyectos de renovación de armamento. Al mismo tiempo, en las filas del socio menor de la coalición de Gobierno de Bonn, los liberales (FDP), surgen voces que piden suprimir el Ejército de reemplazo.

Fuentes del Ministerio de Defensa, citadas por la agencia alemana DPA, reconocen que tendrán que modificarse los planes de compras ante las perspectivas de financiación a medio plazo previstas. Se salva el encargo de tres fragatas, pero queda en el alero el número de aviones Eurocaza 2000 que se podrán adquirir. Un oficial de la Fuerza Aérea confesaba: "El proyecto presenta bajo las nuevas circunstancias bastante mal aspecto". Se considera urgente la compra de los nuevos helicópteros de transporte NH-90, pero las perspectivas para el de combate, denominado Tigre, son casi nulas. Rühe descarta por completo que se pueda llevar adelante el satélite de espionaje Helios, un proyecto conjunto con Francia.

Diputados del FDP se manifiestan ya de forma abierta a favor de un Ejército profesional. Sus declaraciones han conseguido ya irritar al socio mayoritario. El portavoz democristiano de asuntos militares en el Parlamento Federal (Bundestag), Klaus Dieter Reichardt (CDU), exige "poner fin al debate por completo superfluo sobre el servicio militar y retomar a la disciplina de la coalición de Gobierno".

El diputado liberal Jürgen Möllemann, uno de los personajes más combativos e iconoclastas del FDP, ya ha lanzado la pregunta "¿dónde está el enemigo?" y se pronuncia de forma inequívoca por un Ejército profesional.