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Polonia pide perdón a los judios en el 50º aniversario del pogromo de Kielce

El primer ministro polaco, Wlodzimierz Cimoszewicz, pidió ayer perdón a los judíos por el pogromo de Kielce, una matanza en la que los vecinos de esta ciudad del sur de Polonia asesinaron en 1946 a 42 judíos. Cimoszewicz, que estuvo ayer en Kielce en la conmemoración de la tragedia junto con representantes de la comunidad judía internacional y de la Iglesia católica, manifestó su esperanza de que sea posible "la reconciliación y la fraternidad entre ambos pueblos".

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"Nadie puede quitarnos la responsabilidad por aquel mal y por aquellos que lo perpetraron", afirmó Cimoszewicz ante unas 2.000 personas reunidas en Kielce. "No queremos perder la esperanza de que este crimen no ensombrezca la imagen de nuestro país", declaró el primer ministro polaco. Días antes, el presidente de Polonia, Aleksander Kwasniewski, quien estos días realiza una visita oficial a Estados Unidos, llamó también a la reconciliación al tiempo que aseguró que el antisemitismo en Polonia es un fenómeno marginal.El escritor judío Elie Wiesel, premio Nobel de la Paz, que también acudió a Kielce, afirmó que no cree en la responsabilidad colectiva. "En vuestro país", dijo a Cimoszewicz, "hay gente, buena y mala, pero para muchos la ciudad de Kielce se convirtió en el símbolo del racismo y de la intolerancia". Wiesel pidió a las autoridades polacas que eliminen del antiguo campo nazi de exterminio en Auschwitz todos los símbolos católicos, ya que en su opinión constituyen una ofensa para los judíos que visitan el lugar en el que murieron más de un millón de sus correligionarios.

La Iglesia católica se sumó a las conmemoraciones con un llamamiento a los polacos a "examinar su conciencia". El obispo de Kielce, Mieczyslaw Jaworski, recordó que ya hace 50 años la Iglesia condenó duramente la matanza. "Una vez más expreso el dolor, la solidaridad con el pueblo judío y con las familias de las víctimas", declaró el obispo durante las ceremonias.

La matanza de Kielce y las persecuciones antisemitas en Polonia después de la II Guerra Mundial provocaron el éxodo de cerca de 200.000 judíos que habían sobrevivido al holocausto nazi. Una nueva oleada migratoria se produjo en 1968, cuando las autoridades polacas recurrieron a la retórica antisemita dentro del marco de una lucha interna por el poder en el Partido Obrero Unificado de Polonia (comunista). Tras el cambio democrático, el antisemitismo siguió presente en la política polaca. En 1990, durante la campaña presidencial, Lech Walesa declaró ser polaco de "pura cepa" y llamó a otros candidatos a desvelar su pasado. No obstante, Walesa fue también el primer político polaco que pidió perdón a los judíos.

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