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Menos abuso que en otros países

Tanto el Ministerio de Sanidad como el de Trabajo quieren subrayar que no hay motivo de alarma en España, que no es extrapolable lo sucedido en Francia, porque allí, dicen en ambos departamentos, han utilizado masivamente el amianto más dañino -el azul-, y eso ha levantado una presión social que ha desembocado en una prohibición total. Emilio Vargas, subdirector general de Salud Ambiental, destaca: "Se han utilizado muy poco los asbestos como aislamiento en edificios en España. En otros asuntos estaremos más atrasados, pero en éste, de verdad que hemos sido muy estrictos. Aquí tenemos 14 normas regulando su uso y una Comisión Nacional del Amianto, en la que participan los ministerios de Sanidad, Industria y Trabajo, los sindicatos y los fabricantes".Un portavoz de la asociación de fabricantes de amianto-cemento considera "precipitada" la decisión del Gobierno francés, y la atribuye a que en el pasado han "abusado" mucho de los usos peligrosos del amianto azul -en pistolas de pintura y aislantes-: "En España se ha se guido la legislación a rajatabla y por eso no tenemos que cambiar nada. Otros países, sin embargo, han hecho una utilización muy peligrosa del producto". Enrique González, del Instituto de Salud e Higiene en el Trabajo, lo explica de modo parecido: "No hay por qué crear alarma. No hay que ocultar que el amianto es un producto peligroso. Pero hay que decir que en España siempre se ha hecho un uso mucho menos alegre de él que en otros países. Sobre todo Alemania, Holanda y Estados Unidos lo utilizaron masivamente en la edificación".

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Edificio enfermo

El caso de edificio enfermo de amianto que más ha trascendido hasta ahora en España ha sido, hace diez años, el del Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid, en el paseo de la Castellana; el descubrimiento y posterior retirada de paneles levantó una fuerte polémica. La operación de mayor envergadura, según el Ministerio de Trabajo, ha sido la emprendida por Renfe para eliminar este material de 700 vagones; trabajos, que según la propia Renfe, concluirán en tres meses. En Europa, el caso más llamativo ha sido el emblemático edificio Berlaymont, en Bruselas, sede oficial de la Comisión Europea, y que precisamente está destripado para reformarlo. A raíz de tan simbólico caso, el Gobierno belga hizo un estudio y concluyó hace un año que al menos el 25% de los 14.000 edificios públicos de Bélgica contenía amianto. En España, los últimos en solicitar un registro de este tipo han sido los aparejadores y arquitectos técnicos de Cataluña.

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