Selectividad

Un año más, como una tradición asociada al solsticio de verano, irrumpe en la vida de muchas familias españolas la selectividad.Parece oportuno hacer algunas reflexiones sobre este sistema de selección, comúnmente aceptado como el menos malo, de acceso a la Universidad.

El sistema, ya digo, parece justo; pero ¿es seguro? Quiero decir: ¿garantiza que se cubren todas las plazas disponibles en cada universidad? Lamentablemente, la respuesta es no: en el presente curso académico, han quedado sin cubrir al menos 15 plazas de primer curso en la Facultad de Geológicas de la Universidad Complutense de Madrid, y nada hace pensar que no haya ocurrido lo mismo en otros centros de esta, u otra, universidad.

No parece que se haya previsto ningún mecanismo para paliar este defecto, ni siquiera a instancia de parte.

A una solicitud formulada por mi hijo ha respondido el Vicerrectorado de Alumnos de la Complutense que atender su solicitud (obviamente, después de haber ofertado las plazas disponibles a los alumnos que, teniendo mejor nota que él, no obtuvieron plaza y cuya localización no parecía ofrecer mayores problemas) vulneraría una serie de normas, cuya observancia parece primar sobre el derecho de los ciudadanos españoles a cursar estudios en un centro público habiendo plazas disponibles.

Sin duda, el vicerrectorado tiene razón (han estudiado la resolución más de dos meses), y si no fuera así, su error se puede enmendar mediante un recurso contencioso, recurso, como todos los españoles sabemos, de fácil instrumentación y de rápida solución.

Anécdotas aparte, ¿no sería posible anunciar las plazas disponibles una vez agotado el segundo plazo de matrícula, y abrir así la posibilidad de acceder a dichas plazas a quien no pudo hacerlo en otro momento?

Probablemente el incorporarse a un curso ya comenzado no es la mejor opción; pero desplazarse a otra ciudad o renunciar a realizar los estudios que uno quiere tampoco parecen,, opciones deseables.

En todo caso, cada uno -se trata en general de ciudadanos mayores de edad- decidiría en función de sus circunstancias, y se evitaría que pudiendo, queriendo y habiendo plazas disponibles algunos ciudadanos- se queden sin realizar los estudios que desean.

Tal vez el conocimiento de esta posibilidad aliviase las tensiones de estas fechas o ayudase a tomar decisiones a quien, habiendo aprobado, no obtenga la plaza solicitada.-