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"No hay alternativas al serio problema de las grandes ciudades"

El arquitecto argentino César Pelli, de 69 años, construye en Kuala Lumpur (Malaisia) las torres más altas del mundo, con 88 plantas. Es el último trabajo de los 200 edificios -entre los que figura la ampliación del MOMA- de una carrera que ha seguido en Estados Unidos -tras realizar sus estudios de arquitectura en Tucumán (Argentina)- desde su estudio de New Haven, en Connecticut, con 80 personas, "un tamaño ideal, un estudio medio para Estados Unidos, como, el de Meier". Es su primera visita a Barcelona, que ayer conoció en un largo paseo, y entre las primeras comunicaciones del congreso piensa que "no hay un modelo de ciudad ni alternativas a las grandes aglomeraciones, ya que las mejores ciudades fueron concebidas antes de este siglo".César Pelli interviene esta arde con una conferencia en la segunda reunión del Comité Internacional de Críticos de Arquitectura (CICA), junto con el Británico Kenneth Frampton, y en una mesa redonda en torno a los nuevos modelos de vida en la ciudad. Estos actos se celebran en el salón de actos del Dispensario Antituberculoso, proyectado por Josep Lluís Sert en 1934.

Pregunta. ¿Qué espera de esta acumulación de pensamientos?

Respuesta. Espero que alguien sugiera, diga, plantee, alguna manera de ver un problema de una forma original que me enseñe algo. Algo que me haga reconsiderar lo que creo. Si uno no reconsidera lo que cree intelectualmente, y como todo organismo, si no crecemos nos morimos. Hay que buscar un estímulo intelectual, aunque sea a partir de una mala idea, que también es posible.

P. ¿Tiene alguna norma inconmovible?

R. Una constante para mi es la responsabilidad ética que tiene el arquitecto en cada trabajo, Lo ético y lo moral tienen la primacía sobre lo estético.

P. ¿Ha dado el siglo un modelo de ciudad?

R. Nos enfrentamos a una crisis de la ciudad y no hay ningún modelo que responda a los problemas. Las mejores ciudades fueron concebidas antes del siglo XX. Hay casos, como Barcelona o Madrid, donde funcionan las partes antiguas. Las grandes ciudades con millones de habitantes son un problema serio y no conozco alternativas. Frente a estos problemas, los arquitectos deben hacer ciudades más agradables y soportables.

P. ¿Con edificios firmados por estrellas en cualquier país?

R. Los edificios como fórmula, donde se identifica al autor, son una confusión. Otros artistas, como pintores y escultores, deciden una visión personal de trabajo, pero el arquitecto hace un edificio en un contexto urbano, su responsabilidad no es crear de nuevo o inventar, sino responder de la manera más responsable a las circunstancias de cada proyecto.

P. ¿Cómo se forma un arquitecto?

R. La arquitectura se aprende en un proceso lento, deliberado, y se aprende haciendo. El arquitecto es un aprendiz y es muy difícil que existan jóvenes maestros, maestros chiquitos, salvo algunas excepciones. Es difícil que haya arquitectos antes de los 40 años, incluso de los 50. La formación universitaria no es más que despertar el amor a la arquitectura entre los jóvenes. Cuando se sale de la Universidad se sigue aprendiendo. En mi caso, tuve la suerte de seguir los estudios en la Universidad de Illinois y estuve durante 10 años en el estudio de Eero Saarinen. Después siguió la fortuna al conseguir en concurso los, cuatro grandes edificios de oficinas del World Financial Center, en Nueva York.

P. ¿Influye la crítica?

R. La crítica arquitectónica puede ser importante. Cuando la crítica toca temas esenciales puede dar forma verbal a los problemas que afectan al desarrollo de la arquitectura. Hay algunos críticos, como se ha comentado en la primera reunión del Comité Internacional de Críticos de Arquitectura, que han tenido más influencia que los propios arquitectos. Se han referido al caso concreto del crítico de arte y sociólogo británico John Ruskin y la repercusión que tuvo a lo largo del siglo XIX la difusión de sus ideas estéticas contenidas en la publicación ya clásica de Las siete lámparas de la arquitectura.

P. Philip Johnson dijo en sus torres de la Puerta de Europa, en Madrid, que los rascacielos han. dejado de cumplir su función.

R. No lo creo, depende de cómo se planteen. Las dos torres que se están haciendo en Malaisia, con 88 pisos cada una, son un símbolo de la ciudad y resultan menos desproporcionadas de lo que en su día significó la torre Eiffel para la ciudad de París. No sólo hacemos rascacielos, ya que los proyectos son de todos los tamaños, sobre todo edificios para universidades y proyectos públicos.

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