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Cruzada en Francia contra el amianto, acusado de causar 2.000 muertes al año

Siete países europeos, incluida España, han restringido estas fibras

Enric González

El amianto es altamente cancerígeno, causa cada año la muerte de unos 2.000 franceses y debería estar prohibido. Estas son las conclusiones de un informe entregado ayer a los ministerios franceses de Sanidad y Trabajo por el Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica (INSIM). El informe recomienda retirar el amianto de los numerosísimos edificios en los que, sobre todo en los años 60 y 70, fue utilizado como aislante. Pero advierte que la extracción de ese producto es muy peligrosa y requiere enormes precauciones.

La Asociación Nacional para la Defensa de las Víctimas del Amianto (Andeva) presentó la semana pasada una querella por homicidio contra "todos quienes conocían la peligrosidad del amianto y no hicieron nada".Siete países europeos, entre ellos España, han prohibido ya el uso del amianto o lo han limitado muy estrictamente. Francia reacciona tarde, pero con celeridad. Los últimos informes científicos, rematados por el del INSIM, han puesto en guardia a la población contra uno de los productos milagrosos de este siglo: incombustible, aislante contra el calor y el sonido, resistente a la corrosión química y a las torsiones, el amianto fue prolijamente utilizado durante el boom de la construcción de los años sesenta y setenta.

Los riesgos para la salud son conocidos desde hace tiempo. El gobierno francés prohibió en 1978 el uso de materiales con más de un 1% de amianto en su composición, y en 1985 el cáncer de pulmón causado por inhalación de amianto fue declarado enfermedad profesional. Ahora empieza a desarrollarse una auténtica psicosis, ya que, según los científicos, la amenaza de cáncer no se limita a fabricantes e instaladores, sino que puede extenderse a todos los residentes o usuarios de edificios con amianto.

Hasta 1995, existían en Francia menos de dos docenas de empresas especializadas en la extracción de amianto y su sustitución por otros productos. Durante la semana pasada, 25 sociedades solicitaron licencia para dedicarse a esa actividad. Ese dato ofrece una idea de la situación. La desamiantización puede ser uno de los grandes negocios de los próximos años. También para los abogados se abren oportunidades, a costa de decenas de miles de muertos.

La querella contra persona o personas indeterminadas presentada por Andeva, la asociación de defensa de las víctimas evoca la querella presentada diez años atrás por un grupo de hemofílicos que contrajeron el sida través de transfusiones de sangre. El caso de la sangre contaminada aún no está cerrado y numerosos técnicos oficiales y políticos, como el entonces primer ministro socialista Laurent Fabius, están procesados por envenenamiento.

Según el informe del INSIM, al menos 1.950 personas morirán en Francia este año a causa del amianto. Los más expuestos a la enfermedad no son los empleados de las fábricas de transformación del amianto, ya que trabajan con grandes precauciones, sino quienes se exponen ocasionalmente a la inhalación de fibras: caldereros, constructores navales, fontaneros, electricistas, joyeros, etcétera.

Los científicos del INSIM, que advierten que la operación de retirar el amianto es altamente peligrosa, no excluyen que el simple hecho de vivir o trabajar en un edificio con amianto pueda entrañar riesgo. Ese apunte es especialmente alarmante para miles de estudiantes de la Universidad de París-Jussieu, un conjunto de edificios forrados de amianto que hace dos años fueron declarados peligrosos y esperan desde entonces a que sea retirado el material aislante. Los empleados de mantenimiento de París-Jussieu trabajan cubiertos con escafandras y revestimientos herméticos, y los estudiantes han efectuado ya varias protestas públicas, sin resultado.

Erradicación en España

En España, como en el resto de Europa, las fibras de amianto fueron muy utilizadas en los años sesenta y setenta, especialmente en la construcción y en la industria automovilística. A partir de los ochenta, comenzaron las voces de alarma y restricciones al comprobarse que son extremadamente peligrosas para la salud por inhalación, y que producen asbestosis (un tipo de fibrosis pulmonar) y diferentes tipos de cáncer, según un informe de Salud Laboral de Comisiones Obreras, sindicato que ha seguido de cerca este asunto.Se ha creado incluso una Comisión Nacional del Amianto, dependiente de la Dirección General de Trabajo, para regular su eliminación, ya que es un trabajo que requiere gran cuidado y especialización.

El amianto, por ejemplo, estaba muy presente en los vagones de tren. Renfe puso en marcha en 1993 un plan para su eliminación. Según un portavoz de esta empresa, el amianto ha sido ya desterrado de 680 de los 700 coches ferroviarios que lo contenían, informa Rafael Ruiz.

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