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Contusiones y fuego en la protesta vecinal de los Módulos

El poblado marginal de Los Módulos, entre la M-40 y la Avenida de Guadalajara, fue anoche escenario de nuevos disturbios vinculados a las protestas vecinales contra el tráfico de drogas desde el interior de este recinto de ancha extensión. tapiada, al este de la ciudad. Cuatro personas resultaron contusionadas tras una carga policial y una extensión de unos doscientos metros de terreno baldío, entre San Blas y Canillejas, fue pasto de las llamas en un incendio sofocado por los bomberos y de origen dudoso, según fuentes vecinales.La protesta se inició con la marcha de unos dos mil vecinos, según testigos, desde la Avenida de Guadalajara hacia la autopista de circunvalación M-40. El propósito de los manifestantes era el de unirse a otra marcha afín procedente de Vicálvaro. Un fuerte dispositivo policial montaba guardia en distintos puntos del enclave. A la llegada de los manifestantes, la policía les impidió avanzar más. Muchos de los congregados continuaron caminando campo a través, por una zona paralela a la autopista. Fue entonces cuando sobrevino el incendio de las hierbas del erial por el que transitaban.

Los incidentes, según los vecinos consultados, se produjeron cuando una pareja de policías de paisano comenzó a filmar a los manifestantes. "Vimos cómo ellos mismos tenían mecheros con los que quemaron el pasto", gritaba indignada una mujer. "Ha sido la Policía Municipal para cortarnos el paso", escribió un hombre sobre un papel de cuaderno. Un poco mas allá, un agente arqueaba las cejas con re signación.

"Vamos a denunciarles por la carga que hemos sufrido", dicen Juanma y Paco, dos vecinos de la Avenida de Guadalajara. "A una señora, Carmen O. P., de unos 56 años, le han roto las gafas a porrazos y le ha dado un ataque de nervios. Se la ha tenido que llevar una ambulancia", decían.

"¿No les parece que se están tomando la justicia por su mano?", fue la pregunta. "Si", respondieron de consuno. "Cuando escurren el bulto aquellos a quienes les corresponde hacer justicia y acabar con este tráfico de tres mil drogadictos cada día, que saltan la tapia, se aprovisionan de droga y se vienen a drogar a nuestros portales, entonces no hay más remedio que tomar la justicia por nuestra mano", dijeron.

Un joven escuálido, que parecía defenderse tras una bolsa de plástico colgada de su brazo, mantenía sus ausentes ojos fijos sobre la tapia del recinto acotado. No reparaba en la presencia policial, ni en la de los encolerizados vecinos. Aguardó un instante; de pronto, comenzó a correr hasta un hueco perforado en la valla y se coló adentro.

Desde los balcones de la avenida, algunos vecinos le señalaron con sus manos, iluminadas bajo la luna llena. "¡Hazles millonarios a costa de matarte tú!", le reprocharon a voces. "¿Hasta cuándo?", gritaron luego a la Policía. Los agentes callaron.

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