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Refugiados serbios y Musulmanes regresan a Mostar para poder votar

Juan Carlos Sanz

Un grupo de al menos cinco autobuses con refugiados bosnio-musulmanes o serbobosnios que regresan a Mostar para votar en las elecciones municipales de hoy llegaron ayer a la ciudad protegidos por una discreta escolta de la policía de la Unión Europea (UE) y de las tropas de la OTAN en Bosnia-Herzegovina (Ifor). Muchos de ellos volvían a Mostar, aunque sólo sea durante unas horas y por primera vez en cuatro años, gracias a la libertad de movimientos implantada por los acuerdos de paz de Dayton.

La Administración de la UE en la capital de la región de la Herzegovina, que no excluye que se produzcan enfrentamientos durante la jornada electoral entre grupos radicales de los sectores este (musulmán) y oeste (croata) en que se halla dividida Mostar, ha previsto un excepcional despliegue de seguridad en el que participarán 400 agentes y 2.500 soldados de lfor. Los autocares serbios tuvieron problemas para circular a través del territorio de la federación croata-musulmana, aunque pudieron abandonar finalmente su bloqueo en las inmediaciones de Sarajevo para dirigirse hacia Mostar. Al menos cinco autocares procedentes de Belgrado aparcaron ayer sin incidentes en la estación de autobuses de la ciudad, recién rehabilitada con fondos de la UE en la zona central de la ciudad, la única que a partir de las elecciones pasará a estar controlada por el Ayuntamiento unificado, Musulmanes y croatas se reservarán el gobierno de tres de los seis distritos municipales.Al simbólico retorno de los primeros refugiados bosnios para ejercer su derecho al voto se sumarán los sufragios que depositarán hoy los exiliados de Mostar en los colegios electorales en el extranjero, instalados en Alemania, Suiza, Noruega y Suecia. Cerca de la mitad de los 120.000 habitantes de Mostar huyeron de la ciudad tras los sangrientos combates que enfrentaron primero a serbios con croatas y musulmanes y más tarde a estas dos últimas comunidades entre sí.

Para evitar que eventuales altercados den al traste con la primera experiencia electoral en Bosnia desde el final de la guerra, el administrador europeo de Mostar, el español Ricard Pérez Casad , ha puesto un marcha un dispositivo de seguridad coordinado por agentes de policía de los Quince. La Guardia Civil española y la Gendarmería francesa han reforzado sus efectivos en la ciudad, al igual que las policías locales croata y musulmana, que han recibido un centenar de agentes, respectivamente, llegados desde Zagreb y Sarajevo.

Ante el temor a que los agentes se puedan ver desbordados en algún incidente grave -en Mostar quedan aún miles de armas en manos de los civiles-, las tropas de la OTAN han intensificado sus patrullas por la ciudad. El cuartel general de la brigada española de Ifor, con sede en Medjugorje, coordinará el despliegue de 2.500 soldados españoles.

Despliegue efectivo

El general Luis Carvajal, al mando del denominado Plan Mostar, precisó ayer que el despliegue militar será "discreto pero efectivo", y que los soldados "sólo actuarán a petición expresa del administrador Pérez Casado".La seguridad durante la jornada electoral es la única incógnita que queda por despejar en unos comicios cuyos resultados son conocidos de antemano. El sistema de cuotas nacionales arbitrado beneficia a los partidos mayoritarios croata y musulmán y les reserva el control político de los sectores de la ciudad que lograron dominar por la fuerza de las armas. Tan sólo podría producirse una sorpresa si el candidato independiente Jozo Musa, al frente de una lista interétnica, logra suficiente representación en el Ayuntamiento central como para poder aspirar a convertirse en el primer alcalde de consenso tras cuatro años de ruptura entre sus comunidades nacionales.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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