Inmigrantes

Recientemente, un inmigrante ilegal argelino, en una acción heroica, salvaba a una menor de un delincuente, perdía una pierna y un ojo, y se ganaba la legalidad de su residencia en España. Por encima de cualquier comentario, quiero ensalzar el coraje y el valor humano del inmigrante que no reparó en colores ni dolores para enfrentarse al peligroso delincuente, mientras otros españolitos de a metro probablemente aprovechaban para consultar el reloj o casualmente meditaban sobre el sexo de los ángeles. En fin, todos felices y contentos. ¿No es así? Pero cierta incapacidad para entender los hechos sociales me deja realmente intrigado. Por ejemplo, me pregunto qué hubiese ocurrido si la menor agredida fuese otra inmigrante ilegal, o si el argelino hubiese salido felizmente ileso de su actuación valerosa. ¿Le hubiesen concedido igual la ciudadanía? Me irrita ese poder que, por lo visto, conservan algunos para señalar con el dedo quién merece vivir en España y quién no, sobre todo cuando la ley de extranjería es tan dura y desde luego desagradecida (continúa habiendo más emigrantes españoles que inmigrantes en España).Y me irrita más estar convencido de que tantos otros inmigrantes darían su pierna, su ojo y algún miembro más por la sola posibilidad de poder optar al paró en un país tan multicultural y tolerante como éste.