Bonn cancela visitas oficiales como réplica a una represalia china
El Gobierno alemán canceló ayer una visita ministerial prevista esta semana a China y una reunión militar programada para el otoño en Alemania con militares chinos por la decisión del Gobierno de Pekín de suspender la invitación al ministro de Asuntos Exteriores, el liberal Klaus Kinkel, en represalia por una votación del Bundestag (Cámara baja de¡ Parlamento de Bonn) condenatoria de las violaciones de los derechos humanos en Tíbet. El canciller federal, el democristiano Helmut Kohl, manifestó ayer su "pesar e incomprensión" por la reacción de Pekín.Helmut Kohl cree que la resolución parlamentaria adoptada el jueves no justifica una reacción tan desmedida por parte de Pekín, y ayer respaldó a su ministro, quien apoyó la opinión del Bundestag al tiempo que pedía a los políticos que evitaran cualquier cosa que pudiera empeorar aún más las relaciones bilaterales, que en las últimas semanas han sufrido diversas crisis.
Sin embargo, este llamamiento pareció caer en oídos sordos tanto entre la prensa como entre la clase política alemanas. Uno de los vicepresidentes del Parlamento, Burkhard Hirsch, dijo que la reacción china era equiparable a "la de un adolescente patán", y apeló a otros Parlamentos de Occidente a seguir el ejemplo alemán. Este mismo mes, y tras protestas chinas, Alemania retiró la subvención a una conferencia sobre el Tíbet que se iba a celebrar en la capital federal con asistencia del Dalai Lama.
No obstante, el Gobierno no prohibió la conferencia, como había pedido Pekín. China también impidió que artistas chinos participaran en una feria en Berlín en desacuerdo con un seminario sobre derechos humanos que se celebraba en paralelo a la muestra.
La gran industria alemana ha expresado su deseo de que no se pongan en peligro las relaciones alemanas con China y que no se haga nada que aísle al régimen de Pekín.
El intercambio comercial bilateral se ha duplicado en los últimos cinco años y en 1995 alcanzó los 27.000 millones de marcos (2,3 billones de pesetas), lo que hace de Alemania el primer socio comercial europeo de China.
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