El déficit de vitamina D eleva el riesgo de fractura de cadera
Un nivel bajo de vitamina D en el organismo es un importante factor de riesgo de fracturas de cadera en los ancianos, según confirman los resultados de un reciente estudio realizado por un equipo del Servicio de Bioquímica del Hospital La Paz de Madrid. La investigación, dirigida por María Eugenia Martínez, se centró, en primer lugar, en un grupo control de 40 pacientes de más de 70 años, del área de Madrid, que no habían sufrido ninguna fractura."Los resultados mostraron que los ancianos presentan, en general, una elevada incidencia de déficit de vitamina D", explica Martínez. "El 75% tenía niveles por debajo de los 10 nanogramos por mililitro, casi cinco veces por debajo de los niveles considerados normales en una persona joven y sana. Esto no es conveniente y está internacionalmente aceptado". Los niveles de vitamina D resultaron todavía más bajos en otro grupo de 58 pacientes que habían sufrido fractura de cadera.
Una hormona
La vitamina D es indispensable para que el intestino pueda absorber el calcio que necesita el organismo. Se obtiene por la dieta -en los productos lácteos y en el pescado graso o azul-, pero también se sintetiza en la piel a partir de la irradiación solar."No es, en realidad una vitamina, sino una hormona, puesto que la sintetiza nuestro organismo", explica Martínez. "La carencia de vitamina D se agrava en los ancianos porque la piel ya no la sintetiza bien y porque el riñón tampoco la metaboliza correctamente".
Las fracturas de cadera son una de las causas más importantes de enfermedad y muerte en las personas mayores en el mundo desarrollado. Su incidencia se ha incrementado además, en los últimos años, por el envejecimiento de la población. Un 22% de los pacientes analizados por el equipo de La Paz había fallecido un año después de la experiencia, mientras que el 26% estaba inmovilizado y el resto sólo podía moverse en silla de ruedas o con ayuda de muletas.
"Prevenir, pues, la deficiencia de vitamina D con una dieta adecuada es esencial ya desde la juventud. Sabemos que cuanto menor es el pico de masa ósea, que se alcanza a los treinta años, mayores son los problemas óseos en la vejez", añade Martínez. La prevención es especialmente importante en las mujeres post-menopáusicas, puesto que el cambio hormonal acentúa los riesgos de descalcificación y de osteoporosis.
"Conviene, además, que los productos lácteos no sean desnatados, puesto que la vitamina D es liposoluble y se encuentra en mayor proporción en las grasas". Lo adecuado sería tomar al menos tres cuartos de litro de leche diarios.
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