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Entrevista:SILKE | ACTRIZ

"No tengo miedo de volver a mi vida anterior"

Rocío García

Su aparición ha sido fulgurante. Aún sin estrenar ninguna de las tres películas que ha rodado en sólo año y medio, su labio agujereado por un aro de acero era ya conocido. Cuando enseñó su otro aro en el ombligo y sus dos flores tatuadas en el brazo ya todo el mundo hablaba de ella. Y cuando enseñó su cuerpo, todos terminaron entregados. Se llama Silke, tiene 22 años y su trabajo en tres filmes, Tierra, de Julio Medem, Hola, ¿estás sola? de Iciar Bollaín, y Tengo una casa, de Mónica Laguna, este último sin estrenar, la catapultaron a una fama que ella ha intentado apaciguar con un viaje a la India.Es como un imán. La voz ronca, su forma de hablar, sin tapujos, y la claridad de su atractivo físico crean un campo magnético a su alrededor. Lo mejor que tiene es que no tiene nada claro, y menos aún que lo intente aparentar. ''Mi vida ha sido un continuo cambio. Desde pequeña he vivido muchos cambios porque yo me los he impuesto, por pura necesidad. La monotonía me aburre. Quizás el cambio que he vivido este año ha sido el más radical. Todavía sigo con un pie en cada lado, que es lo que me está creando mayores conflictos, porque todavía dudo, quiero tratar de llevar un poco la vida de antes, no la quiero perder porque he sido feliz. Tengo miedo de saltar a una vida que quizás no sea la mía. Trato de agarrar a mis amigos", dice.

¿Y qué hacía antes? Vendía plata en una tienda de Madrid o por las playas de Ibiza. El aviso de que le hacían una segunda prueba para hacer el papel de Mary en la película de Julio Medem le llegó precisamente estando en Ibiza vendiendo plata. Era el primer casting al que se presentaba. Siempre le había gustado la actuación, mirarse al espejo. Pero sólo cuando se hizo independiente -"mifamilia, que es un poco tradicional, quería que estudiara una carrera"- empezó sus estudios de interpretación en el Laboratorio Teatral de William Layton. Su meta no era el cine, sino el teatro experimental y, más aún, su necesidad personal. Por eso, dice, que está flipando. "Me apetecía hacer algo que me llenase como persona, me parecía que la interpretación me ayudaría a conocerme a mí misma. No había nada profesional, sino personal. Cuando buscas o esperas algo de las cosas al final se encuentra uno con lo contrario".

"Cuando me decidí a presentarme a las pruebas de Tierra lo hice pensando en la fatalidad de que Julio Medem a lo mejor nunca más querría volverme a ver. Y lo que ha conseguido ha sido cambiarme la vida. Tenía una vida libre, viajando, y de repente estoy en el mundo del cine. Pero llegar al mundo de Julio ha sido una experiencia tan bonita...".

Se le pasan muchas cosas por la cabeza. A una persona que no ve la suerte como algo positivo o negativo. "La suerte la veo como la suerte. La suerte de las personas es lo que le toca vivir a cada persona. Para muchos será suerte lo que me ha tocado a mí, pero he pensado muchas veces que no sé hasta qué punto es suerte, porque tampoco todo es maravilloso".

Y se pregunta muchas veces hasta qué punto es verdad lo que le pasa o es sólo un juego. "¿Eres sólo un producto? ¿No es chocante que haya gente a la que le ha costado tanto llegar y que a mí me haya resultado tan fácil?".

Pero si hay algo que le infunde tranquilidad es que nunca jamás se plantea el futuro. "Me parece absurdo porque lo que tenga que venir vendrá, me lo plantee o no. Simplemente me dejo llevar por el presente. Ahora mismo estoy rechazando cosas, aunque se supone que como estoy empezando no puedo rechazar riada. Yo soy así, si algo no me llena en conjunto, aunque sea un buen director, no lo quiero. Igual mañana tengo que estar otra vez vendiendo plata, pero no me importa. Cuento con la suerte de que no tengo miedo de volver a mi vida anterior, a vender plata, a hacer lo que hacía antes".

Sobre la vida de Julio Cortázar girará su cuarta película, que comenzará a rodar en agosto en Argentina. Ya no se someterá a la locura de tres películas en sólo año y medio. "Me dejé todo. Cuando haces un personaje se convierte en lo más importante que hay en tu vida y te pasas el día viviendo, sintiendo y pensando como ese personaje. Me pasó con las tres películas. Y una vez que se acabó todo, fue cuando empecé a analizar lo que me había pasado. Se me juntaron muchas cosas; la primera darme cuenta de lo que me estaba pasando, y segunda, la sensación de vacío que produce. Volví y ya no sabía de qué se reían mis amigos. De pronto me encontré perdida. No sabía si realmente quería seguir haciendo cine. Estaba muy confundida. Necesitaba un tiempo lejos de aquí y decidí irme".

¿Y por qué la India? "Era un sueño que tenía desde pequeñita. Hace unos años fui por negocios, para comprar plata para la tienda. Pero esta vez la finalidad del viaje era la de buscar tranquilidad. La India es el lugar donde más he aprendido" no sé que pasa en ese sitio pero estás todo el tiempo poniéndote a prueba".

Silke es consciente de que su físico le ha hecho entrar en el cine y estar donde está. "Me da rabia pero al mismo tiempo se lo agradezco. Ahora me queda demostrar que no sólo soy un cuerpo. Aunque no tengo ningún problema en enseñar mi cuerpo, lo tenga bonito, feo o regular. No me importa conceder una entrevista y hacerme una foto enseñando una teta. No me arrepiento de haber salido desnuda, pero sé que tengo que controlarlo un poco, porque la gente lo interpreta de otra manera. De repente quieren proyectar de mí sólo la imagen erótica y sexy. Y yo soy la antiMary", dice refiriéndose al personaje que interpreta en Tierra.

1995 lo recordará como el año más duro de su vida. Mira hacia atrás y confiesa: "Ha sido la experiencia más fructífera que haya podido tener. Me alegro mucho de que me haya pasado".

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