Asad intenta romper el cerco
"Si no controlas al enemigo, manténlo cerca", dice un proverbio árabe que el presidente sirio, Hafez el Asad, ha decidido aplicarse en esta cumbre para romper el cerco internacional que cada día asfixia más a su régimen. Así, en la noche del viernes se reunió con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yasir Arafat, y ayer con el rey Hussein de Jordania. Asad reprocha a ambos haber firmado una paz separada con Israel en lugar de forzar al Estado hebreo a buscar una paz global para la región.Según el ministro de Exteriores egipcio, Amr Musa, ambos encuentros fueron "muy fructíferos", aunque se negó a dar detalles. Un diplomático sirio consideró que "ahora se está mejor que antes", mientras que el primer ministro jordano, Abdel Karim Karabati, señaló que ha sido un buen comienzo y que espera que hoy vuelvan a reunirse otra vez Hussein y Asad.
Fuentes árabes aseguran que el rey jordano se comprometió a entregar a Asad un informe en el que se recogen "con nombres y apellidos" 56 operaciones terroristas abortadas en Jordania y preparadas por infiltrados desde Siria. Hussein mantiene que los autores, palestinos radicales opuestos al proceso de paz, fueron armados y dotados de explosivos por Damasco.
Hosni Mubarak, que actuó de mediador en este encuentro, al igual que en el de Asad y Arafat, logró que tanto Siria como Jordania desistieran de sus posiciones iniciales -la primera denunciar el "excesivo y sospechoso" acercamiento de Hussein a Benjamín Netanyahu, la segunda el apoyo sirio al terrorismo- para conseguir que la cumbre saliera adelante.
Lo cierto es que la reunión ha reflejado los escasos amigos que tiene el régimen sirio, que pretendía hallar "solidaridad árabe" en su disputa con Turquía, cuyo Gobierno parece dispuesto a lograr de un modo o de otro que Siria deje de dar cobijo a la plana mayor de la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). Siria buscaba la condena de la cumbre al acuerdo militar firmado en febrero entre Turquía e Israel, pero el comunicado apenas señalará que se espera que ese acuerdo no afecte a las relaciones de turcos y árabes.Aislamiento iraquí
Más aislado aún que Asad, Sadam Husein, el gran ausente, encontró en el presidente de Yemen, Ali Abdalá Salé, uno de los pocos defensores que aún le quedan. Salé pidió a sus colegas que se quitara del comunicado el párrafo introducido a instancias de Kuwait en el que se exige la renuncia a la política "provocadora y agresiva de Irak". Salé sostuvo que la cumbre se convocó para buscar una postura común frente a Israel y no para condenar a Irak. Bahrein, mientras, se esforzaba porque el comunicado mencionase al condenar el terrorismo el nombre de Irán.
Tal vez la cena y el concierto de música árabe que Mubarak tiene previsto ofrecer a su huéspedes permita olvidar mejor las viejas heridas que enfrentan a los mandatarios árabes.
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