El Papa omite un elogio a la resistencia antinazi de la Iglesia alemana
El papa Juan Pablo II, en la homilía pronunciada en la mañana de ayer durante la misa pontifical en Paderborn, eliminó un párrafo del texto escrito repartido previamente en el que se hacía referencia a la resistencia contra el nazismo ejercida por la Iglesia alemana en su conjunto. En un acto religioso ecuménico, celebrado por la tarde en la catedral de Paderborn, el Papa tuvo palabras de elogio para el reformador protestante Martín Lutero, asumió parte de la culpa en el cisma luterano y animó a continuar en búsqueda de la unidad de las iglesias.
Hacía un día de perros, de frío y lluvia racheada, cuando el papamóvil llegó al aeropuerto militar británico de Paderborn, donde se celebró la misa. Juan Pablo II pasó de inmediato revista desde su vehículo a sus fieles seguidores, unas 70.000 personas, que siguieron la ceremonia con disciplina y sin excesivas muestras de entusiasmo. Unas pancartas, no muchas, llevaban textos como Juan Pablo II, tú eres el buen pastor o Sí a Cristo. Sí a la Cruz. Sí al Papa. En el frontispicio del altar aparecía el lema del viaje papal: Unidos en la esperanza.Juan Pablo II accedió a la cúspide del altar, desde atrás, por un ascensor interior, mientras las jerarquías eclesiásticas que concelebraron la misa lo hacían a pie por las escaleras delanteras.
El Papa pronunció su homilía de 27 minutos con un permanente temblor en su mano izquierda, con la que sostenía un texto que no leyó en su totalidad.
Lo más llamativo de la homilía papal fueron los párrafos que suprimió. El Papa se refirió a los dos sacerdotes alemanes, mártires del nazismo, que hoy canonizará en Berlín como testigos de Cristo, que emitieron "una señal de resistencia contra las fuerzas demoníacas de un mundo alejado de Dios". A continuación venía el párrafo no leído que decía: "Los cuatro santos son representantes de numerosos católicos, hombres y mujeres, que, con el precio de múltiples sacrificios, se opusieron a la dominación nazi y resistieron frente a la ideología parda. Ellos constituyen una parte de la resistencia que la iglesia en su totalidad ejerció contra ese sistema que despreciaba a Dios y a la humanidad".
Dudosa veracidad
Este párrafo que no leyó el Papa contiene una afirmación de más que dudosa veracidad histórica sobre la resistencia contra el nazismo de la iglesia católica alemana. Un periodista de la agencia católica de noticias alemana (KNA) comentaba indignado que el texto resultaba indignante y falso. Un portavoz del arzobispado de Paderborn citó al portavoz del Vaticano, el español Joaquín Navarro, quien afirmó: "Vale el texto escrito".El discurso repartido a la prensa contenía la advertencia expresa de respetar el embargo y atender a lo leído por el Pontífice en su homilía. Un obispo alemán declaró a este periódico: "Ya se sabe de siempre que sólo vale el texto hablado". A su lado otro obispo alemán comentaba con un cierto tono zumbón: "Sin duda le iluminó el Espíritu Santo".
El resto de la homilía matinal contenía las posiciones habituales del papa Wojtyla: firmeza en las posiciones tradicionales de la doctrina, con especial acento sobre el celibato de los sacerdotes, y crítica al capitalismo y al "individualismo radical que al final destruirá la sociedad". Dijo el Papa: "No os dejéis embaucar con que la forma de vida célibe de los sacerdotes esté superada. ¿Cómo puede estar superado algo que coincide con el ejemplo de Jesucristo?".
Tras mencionar los cambios acaecidos en 1989 con la caída del comunismo, el Papa dijo que ha surgido una nueva perspectiva vital y que habrá que conformar la evolución con arreglo a la dignidad humana: "No puede surgir un mundo que pudiera ser impregnado de nuevo por una ideología capitalista radical".
La tarde la dedicó el Papa a encuentros con representantes de las iglesias cristianas separadas de Roma. Por el carácter especial de Alemania y el 450º aniversario de la muerte de Lutero, adquieren mayor importancia las palabras dedicadas a la Iglesia evangélica. Tuvo palabras de elogio para Lutero, sobre todo para su aportación a la cultura alemana, su atención a la palabra de Dios y "la decisión con que siguió el camino que consideró le marcaba la fe".
En la celebración ecuménica, el Papa dijo que el trabajo de aproximación entre las iglesias y "las investigaciones de científicos católicos y evangélicos hacen posible tener hoy día un cuadro más completo y diferenciado de la personalidad de Martín Lutero". El Papa reconoció en su homilía: "Todos somos culpables. Por eso nos toca hacer penitencia y que el Señor nos purifique sin cesar". Juan Pablo II animó a continuar con los trabajos de aproximación entre católicos y protestantes, para llegar al año 2000 "si no en completa unidad, al menos en la confianza de estar cerca de la superación de las separaciones del segundo milenio".
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