"EL SITIO"
'El sitio'Una santa Teresa de Jesús, pongamos como caso extremo, transida de amor por el Creador, murmuraría: "Gracias por tanta bendición". Pero Enrique Iglesias, que llegó a primera hora de la madrugada, del programa de Isabel Gemio, rodeado de siete criaturas y abrazado por dos señoras que, sin escrúpulo que valga, le achichorraban gritando extasiadas: "Somos fans de tu padre, pero nos gustaría tener un hijo tuyo..."; Enrique, decíamos, en un segundo de sosiego sentenció: "Este es el sitio". Fue el instante del auténtico bautizo del lugar más insólito y bello y excitante y poblado del Madrid de 1996. Sin duda, es "el sitio" nombrado terraza AbcTop, de 1.000 metros cuadrados de superficie, capaz de alojar a 1.000 personas silenciosa y alborotadamente al tiempo, a gusto del consumidor. Llegarse a Madrid de cercanías o lejanías con el solo pretexto de visitar el museo del Prado o mirar la torre Picasso: ya no. Ahora, además, está El Sitio. Todo ocurría la noche del miércoles en la terraza que el restaurante de alto vuelo Pedro Larumbe inauguraba este espacio de libertad de todos los sentidos. Veamos: una terraza a unos 40 metros de altura respecto al pavimento del paseo de la Castellana, y limitada al norte por el cielo, cubierto por carpa por si el caso lo pide, cuajado de mesas para comer y charlar o para escuchar el silencio o para abrir los ojos cada vez que camina, dejando rastro, una niña top reventona de sabiduría para mover adecuadamente sus cosas y que sirve en la mesa o en la terraza o en el esbelto mostrador del centro geométrico del lugar o en el bar que, desde la barandilla/este mira a la Castellana o en los dos bares laterales. El Sitio se divide en dos zonas: hasta la una de la madrugada, en la zona entoldada, un buffet es paraíso de hambrientos o afiliados a la delicadeza. A diario ofrece 30 platos fríos a elección y capricho consumista del consumidor: ensaladas varias, embutidos ibéricos, jamones y chorizo blanco de Guijuelo, cecina de Astorga..., y seis platos calientes, pescados y carne de vacas cuerdas, claro, y confit de pato, muslo de capón al chilindrón, y postres caseros a discreción. ¿Se ha cenado ya?: basta con pagar 3.000 pesetas. Los vinos, al margen, se limitan a una carta de 10 botellas baratas y nobles de Ribera, Rioja y Rías Balxas (albariño), que van de 1.000 a 1.500 pesetas, y al que pida euforia burbujeante le servirán cava brut por 2.000 pesetas o media botella de champaña por 2.500. La otra mitad de la terraza, para copear con tino, se confunde con todo El Sitio cuando los clientes cenantes concluyen (500 pesetas la copa más liviana). Y ya está, a jugar a la creación de la gloria: El Sitio está cuajado de plantas, setos, palmeras, ficus, bambúes... y luces tenues de farolas minifernadinas: a media noche, la luz y las plantas verdes y la mantelería y las sombrillas y toldos blancos son embrujo. Y, tarde ya, cuando todo es sueño, se sale por donde se entró: por Castellana, 34, adonde se entra en coche al parking para subir directamente en dos ascensores hasta El Sitio, o por la salidalentrada noble de toda la vida: Serrano, 61. Dios hizo el cielo y Larumbe dibujó esta terraza que, además, ameniza el dúo Rang: ella canta, leve, y el pianista ("soy del siglo XXI") manipula con arte los dos teclados que ofician cual orquesta.
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