El coste de las autonomías

El señor Centeno, respirando centralismo por todos los poros de su cuerpo, ha escrito en los últimos días en EL PAÍS dos artículos tremendos en los que que trata de convencernos de la imposibilidad de simultanear los costes de las administraciones autonómicas y los gastos sociales del Estado so pena de que vayamos a la quiebra en breve espacio de tiempo.Pero no se le ha ocurrido pensar que hay un tercer sumando, que es el que corresponde a la Administración central. ¿No sería más lógico recortar ésta? Una vez que se han transferido todas las competencias de Urbanismo, Cultura, Medio Ambiente, Comercio, etcétera, ¿no sobran los ministerios correspondientes?

No se olvide, además, que los gastos de esta Administración central los pagamos entre todos los ciudadanos, centralistas y "autonómicos".

Reconozcamos que el Estado de las autonomías -lo inventara quien fuere- funciona, que sus resultados han sido esplendorosos y que el país ha cambiado de aspecto, no sólo en la superficie, sino también en cosas tan importantes como la sanidad y la enseñanza, gracias precisamente a una organización semifederal que ha dejado en el baúl de los recuerdos el centralismo de antes y de "casi" siempre, esperemos que de forma irreversible.-