Consolidación
Es comentario extendido en música, así como en otro sinfín de ámbitos, que lo difícil no es organizar el revuelo inicial, sino mantenerse después e irse consolidando de modo coherente.Esta semana pasada se han presentado en directo en distintas salas de Madrid algunos grupos adscritos a esta fase. Ross es un cuarteto murciano que de momento no tiene álbum propio, pero que ya despliega un repertorio ambicioso con la mirada puesta en el rock de guitarras, a la manera clásica de unos Flaming Groovies. Medios tiempos y emoción guitarrera son sus bazas, que juegan con arte y sentimiento.
Junto a ellos actuó Goodbye Plant, un trío considerablemente más espeso e inasequible. Liderado por un rubio anglosajón llamado Ben, este grupo también es de los que vuelca su actividad discográfica en singles y en sus actuaciones en directo parecen querer disminuir la velocidad del mundo entero. Por la senda de grupos como Pavement, su directo cambia intensidad por diversión con resultado irregular.
Cerrando la misma noche, los barceloneses Parkinson D. C. presentaban su tercer elepé, Albanige, mostrando madurez, dominio del escenario y una mayor contundencia sonora. Lástima que la intención de hermosas canciones como Be sweet to me, Velvet girl o Green Bananas quedara diluida por esa sensación de desvanecimiento o flojera que es característica en su forma de entender el rock.
Procedentes también del ámbito discográfico de independientes, otras tres jóvenes formaciones trataron de dar lo mejor de sí mismas ante el especializado foro madrileño. Primero fueron los bilbaínos Dry Flies, una auténtica sorpresa por la frescura de su música, la hermosa factura de sus canciones y una voces cuidadas y personales, que se pueden constituir, indudablemente, en seña de identidad del grupo.
Muro de guitarras
Tras ellos, el nivel fue ascendiendo con la actuación de los donostiarras Purr, que traían bajo el brazo su álbum de debú, Purr motion. Un auténtico muro de guitarras y una voz sugerente fabrican un sonido avasallador y melancólico a un tiempo, ideal para sacarle hasta el tuétano a tremendas canciones como Hiper mega pop o An experience. Purr son buenos y además están muy convencidos de lo que hacen.Poniendo la guinda, cerraron los asturianos Manta Ray. Estos supervivientes de las primeras hornadas de noise gijonés ofrecieron su esperadísimo primer disco y su nivel era intachable. Liderados por todo un figura, el extraordinario cantante Rubio, esta banda posee las dosis necesarias de fuerza, electricidad, experimentación sonora y sentido lírico como para hacer que sus difíciles canciones impresionen al más gélido. A destacar su versión de la histriónica La noche, de Adamo. Purita carne de gallina.
Babelia
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